martes, 15 de septiembre de 2015

Juegos entretenidos, hechos a mano

Al hilo del post en el que hablaba de que había descubierto otra forma de jugar, hoy os enseño algunos juegos caseros, que con unos pocos euros gastados en la tienda multiprecio de al lado de casa, y mi buena amiga LA PLASTIFICADORA, he ido haciendo en casa y al Gnomito le han entretenido mucho (como buen niño tres años, "mucho" significa que estuvo concentrado unos 15 minutos).

(La plastificadora fue un regalo de mi amiga Susana por mi cumpleaños, que ya estaba viendo mis nuevas inquietudes y acertó de lleno. Si me lees, Gracias!!)

JUEGO 1: Bolitas a la huevera.

El material empleado es una huevera de cartón, unas pinzas de cocina de estas para el hielo, y unas bolitas de fieltro de colores (del multiprecio).

El juego consiste en coger las bolitas con las pinzas y colocar cada una en un hueco. De esta manera se desarrolla la motricidad fina, al tener que manejar la pinza con cierta precisión.

Se pueden hacer variaciones, por ejemplo pintando el fondo de cada hueco de la huevera de un color, y tiene que meter cada bolita en el color que le corresponde.

O también, cuando domine las bolitas, ir usando cosas más pequeñas, nueces, uvas, garbanzos.....para así aumentar la dificultad y la precisión necesaria.

Recomendaría guardar el juego cuando deje de prestarle atención. Y ofrecérselo de nuevo más adelante, para que vuelva a resultarle novedoso. Yo se lo dejé a su alcance para que jugara cuando quisiera y no solo no lo volvió a utilizar, sino que la mitad de las bolas se han perdido, la otra mitad las ha pintado con rotulador, y las pinzas las usa para tirarnos pellizcos :-S



Nota: El Gnomito ya no usa chupete...la foto es de hace un par de meses


JUEGO 2: Puzzles de palitos

Material: imprimible de palitos (se puede sacar de internet o hacerlo uno mismo), y palitos de manualidades (como los del médico pero de colores. Tienda multiprecio). Yo además plastifiqué las plantillas del puzzle para que me duren más.

Como veis se trata de ir colocando los palitos de colores en su sitio y hacer los puzzles.

Desarrollamos la motricidad fina al colocar los palitos, y practicamos los colores.

Ojo si tenéis un bebé en casa, los palitos destiñen. Cuando me quise dar cuenta Pulguita tenía la lengua, boca y cara manchadas de verde!!

Los palitos los tenemos guardados en una caja y los usamos para jugar a más cosas. Contruimos carreteras, los metemos en cualquier caja vacía a la que le hacemos una ranura tipo "hucha"...y juego libre, sin dar ninguna indicación, el niño le sacará muchas otras utilidades.


JUEGO 3: Rescate en el hielo

Este juego lo vi en varios blogs y me encantó para el verano.

Se necesita un bol, agua, muñequitos de goma, y colorante alimenticio (opcional).

Metemos en el bol los muñequitos a rescatar, además de piedras, hojas, conchas...lo que queramos.  añadimos el agua coloreada, y al congelador. Cuando esté congelado lo desmoldamos, y a rescatar a los muñecos!!

Les proporcionamos agua templada, sal, y herramientas, para que ellos vayan derritiendo el hielo y rescatando a los muñecos.






JUEGO 4: Circuito para coches

El Gnomito tiene un garaje para jugar con sus coches...pero para innovar y cambiar el circuito, podemos usar cinta adhesiva de algún color y hacer un circuito en el cuelo de casa.


Se le puede añadir un paso se peatones, un túnel...lo que se nos ocurra!!

Me parece una buena forma de jugar a cosas nuevas sin dejarnos un dineral en juguetes.

Pues venga, a jugar se ha dicho!!

miércoles, 9 de septiembre de 2015

El ingeso de Pulguita en el hospital


Ya he contado muchas veces que el Gnomito es propenso a padecer enfermedades relacionadas con los pulmones: bronquiolitis, bronquitis, broncoespasmo, incluso una neumonía.

Pulguita nació en Noviembre, época del año ideal para la proliferación de virus varios de guardería. Y con un niño de 2 años en casa, por muchas precauciones que tomes, es inevitable que los virus campen a sus anchas.

Seguramente no fue el Gnomito directamente el que la contagió, ya que en esa época apenas se acercaba a su hermana. Sería a través de mi o de Papi, que estamos en contacto permanente con ambos.

El caso es que, tenía Pulguita dos meses y era la madrugada del 5 de Enero. Pulguita tenía muchos mocos y tos, estaba inquita, no estaba descansando bien. Y nosotros, que ya tenemos bien aprendidos los síntomas, empezamos a agobiarnos. La desnudamos y vimos que se le marcaban mucho las costillas al respirar, parecía agobiada. Además había vomitado varias veces por la tos.

Siendo las 3 de la mañana en pleno invierno, y teniendo otro hijo pequeño en casa, es más difícil tomar la decisión de coger la mochila e irte al hospital. Pero finalmente la tomamos. Papi de quedó en casa con el Gnomito, y yo me puse un chándal, metí 4 cosas en una mochila, envolví a Pulguita en una manta, la metí en el coche y al hospital.

 Siempre te queda la duda de si te tacharán de madre histérica. Pero yo seguí mi instinto. Mi hija no estaba bien, y solo tenía dos meses.

Allí me lo confirmaron. Tras examinarla y tomarle una muestra de moco para identificar el virus, era bronquiolitis. Y debido a la corta edad de la niña, me la ingresaban. Me cayó como un jarro de agua fría. El Gnomito había pasado muchas como esa o peores, y nunca le habían ingresado. Yo pensaba en mi niña. Sus primeros Reyes, ingresada en el hospital. Y pensaba en mi niño, que iba a subir en una carroza de la cabalgata de Reyes, y no estarían ni su madre ni su hermana para verle. Vendrían los Reyes con estas circunstancias? Me daba una pena horrible, por tener a mi hija ingresada, pero además por las fechas en las que estábamos.

Para colmo nos pusieron un cartel en la puerta de la habitación, indicando que era un paciente algo así como “infeccioso”, con visitas restringidas y uso de guantes y mascarilla para tratarle. Pobre mía. Su hermano no podía venir a verla. Papi venía a ratos, tenía el corazón dividido, tenía que cuidar del Gnomito pero su hija estaba en el hospital y él no podía estar con ella todo el tiempo. Los abuelos sí pudieron venir, agradecí enormemente su compañía.

Nos dieron una habitación con una cunita y un sofá, en el que yo pude quedarme las 24 horas del día. Papi me trajo ropa y sábanas. El hospital me proporcionaba desayuno, comida y cena. La cunita apenas la usamos. La niña dormía conmigo en el sofá. Agradezco enormemente el trato que recibimos en el hospital, ya que sé que en algunos o no te dejan quedarte con el niño, o si te dejan, no te proporcionan absolutamente nada, ni de comida ni sitio para dormir. En este caso sí, incluso no oí ni un comentario sobre que no usáramos la cuna y la niña durmiera conmigo.

 El tratamiento era suave, tenía un pulsioxímetro conectado en el piececillo las 24 horas, para controlar la saturación de oxígeno. Y cada 4 horas, aerosoles de suero. En ocasiones le subía algo de fiebre y le daban Paracetamol.

Era 5 de enero, víspera de Reyes. De repente empecé a oír jaleo por el pasillo y al momento entró un séquito de pajes perfectamente vestidos, y detrás sus majestades los 3 Reyes Magos!! Llamaban a Pulguita por su nombre, y también sabían su edad. Son magos de verdad!! La trajeron un regalito, un juguete para bebés.

Al rato vino también un equipo entero de rugby. Unos tíos enormes y barbudos, que traían de regalo un balón de rugby dedicado, con el nombre de mi niña. “Con cariño de tus amigos del Madrid Barbarians”, rezaba la dedicatoria. Unos tíos tan grandotes, y tan tiernos a la vez. A ver qué hacía una bebé de dos meses con un balón de rugby! Pues ahí lo tiene, recuerdo de sus amigos los barbudos.

 Nos hicimos fotos con los reyes y los barbudos, fueron unas visitas preciosas, pero agridulces.

Siempre veo en el telediario cuando los deportistas o gente famosa van a los hospitales a ver a los niños enfermos en días especiales como este. Les llevan regalos que la gente dona “para los niños enfermos”. Los ves por la tele y te da penita por esos niños. Pero cuando un día es tu hija la “niña enferma” que recibe esa visita…se te parte el alma. Y eso que era una enfermedad menor! Me sentí muy cerca de esas familias que tienen a sus hijos realmente enfermos. No soy capaz de imaginar su sufrimiento.

Por la tele estaban retransmitiendo la cabalgata de Reyes, y mi whattsapp estaba que echaba humo, enviándome fotos de Papi y el Gnomito disfrazados y montados en una carroza de la cabalgata de nuestro pueblo. Y yo me lo estaba perdiendo.

Papi y yo decidimos que, como el Gnomito aún era pequeño y no controlaba bien las fechas, qué más daba que los Reyes vinieran con un día de retraso?? Preferíamos darle los regalos estando los 4 juntos en casa, en lugar de recibirlos el mismo día 6 de enero, pero estar solitos Papi y él.

 El 6 de enero el Gnomito vino al hospital. Papi se quedó con Pulguita en la habitación, y yo bajé a la cafetería a pasar unas horas con él, siempre y cuando Pulguita no demandara su teta. Cuando llegó el momento de despedirnos, el Gnomito lloraba mucho, se agarraba a mí y me decía “Mami ven a casa”. Me rompió el corazón.

Fueron unos días muy tristes para mi. Por suerte Pulguita estaba evolucionando muy bien. La mañana del 7 de enero le dieron el alta, y pudimos irnos a casa!!

 Ese día el Gnomito había vuelto a la guarde, así que lo primero que hicimos fue preparar todos los regalos, para que los encontrara al llegar. Fuimos Papi, Pulguita y yo a recogerle a la guarde, qué alegría se llevó. Y al llegar a casa…habían venido los Reyes!!! Por fin pudimos disfrutar del momento los 4 en familia.

 Fueron unos días malos, afortunadamente fue una enfermedad leve, pero desde entonces me siento más cerca de esos padres que sufren de verdad por las enfermedades de sus hijos, y por tener a su familia dividida.

 Al final, como dicen las abuelas, que no nos falte la salud!

jueves, 3 de septiembre de 2015

Elección de colegio para el gnomito


 Como la mayoría de los niños nacidos en 2012, dentro de pocos días el Gnomito empieza “el cole de mayores”.

Allá por el mes de marzo, se hicieron las jornadas de puertas abiertas en los coles, para poder conocerlos, tanto las instalaciones, como el proyecto educativo, y el personal del centro.

 En nuestro municipio casi todos los colegios son públicos, salvo un concertado y un privado. Hoy quiero contar los puntos más importantes que nos llevaron a decidirnos por uno de los colegios.

  1. Cercanía: queríamos que el cole esté en el municipio en el que vivimos, que sus amigos sean del pueblo, que su entorno sea cercano a casa.
  2. Escuela pública: por motivos económicos y porque no nos convencían nada las opciones concertada y privada que teníamos cerca.
  3. Sistema por proyectos: sin libros de texto el máximo tiempo posible (en nuestro cole, es así durante todo Infantil). Aprendiendo a través de un tema de interés general para los niños. Creando el material educativo los propios profes, en función del proyecto elegido. Haciendo participar a las familias. Fomentando la curiosidad de los niños, motivándoles a investigar por sí mismos. Animándoles a exponer en público todo lo que han aprendido o investigado. Mi creencia personal es que un niño de 3 a 5 años no necesita saber leer, escribir, los números hasta el cien, incluso sumar y restar. Que si lo aprenden, bien! Pero creo más importante que aprendan a aprender. Que estén motivados y tengan curiosidad. Que sepan dónde buscar información. Que no tengan miedo a expresarse en público. Creo que estas son unas bases mucho más importantes para el resto de su vida.
  4. No bilingüe. Para esto hay opiniones para todos los gustos. Y la nuestra es que creemos que en los coles bilingües se fomenta el inglés a costa de sacrificar contenidos. Que los niños no acaban de comprender bien las materias y hay un trabajo enorme en casa con los padres para entender conceptos. Que crea falta de vocabulario en español (yo no sé cómo se dice afluente, o cordillera en inglés; pero me parece una pena que un niño, sepa estas palabras en inglés porque lo ha dado en Sciences, pero no las sepa en su propia lengua). Creo que los profes, o saben inglés pero cojean en la materia impartida, o saben de la materia pero hablan un inglés macarrónico. Pero en esto, insisto, es mi opinión personal, y uno de los requisitos nuestros para elegir cole.
  5. Con buen nivel de inglés. Que no sea bilingüe no quiere decir que no quiera que mi hijo no sepa inglés. Valorábamos que el cole dé alguna clase más de inglés a la semana que las mínimas que exige la ley.
  6. Respetuosos con los pequeñines. Que les cambien de ropa si tienen escapes. Que les dejen dormir la siesta si lo necesitan. Que les ayuden con la comida si tienen dificultades.
  7. Cocina propia. Huir de caterings y precocinados en el comedor.
Estos más o menos eran los requisitos que nosotros pedíamos en un cole. Fuimos a visitar 5. De uno de ellos nos fuimos en mitad de la visita. En cuanto a instalaciones, creo que en la escuela pública son todos muy parecidos, con baño en el aula y salida directa al patio. Patio de infantil independiente de primaria. Aula de psicomotricidad, pabellón deportivo, comedor…Me parecieron todos bastante parecidos. Pero cómo cambia la cosa según el equipo docente, y el proyecto educativo! El cole que finalmente elegimos, nos aporta, además de lo que nosotros pedíamos, cosas que no nos habíamos planteado y que consideramos muy positivas:

-          Colegio pequeñito. De los llamados “Línea 2”. Sin  interés por ampliar cupo, ya que quiere conservar sus aulas de música, psicomotricidad, laboratorio, biblioteca, informática…

-          Buen nivel de inglés. En 5º de primaria están usando libros de texto de 1º de ESO.

-          Participación de las familias en actividades del centro. Talleres, charlas, experimentos, día de los abuelos, carnaval…

-          Celebración de festejos. Navidad, día de la paz, carnaval, san isidro, cabalgata de reyes…(Yo personalmente no me acuerdo de hacer una raíz cuadrada, pero sí recuerdo la fiesta anual de mi colegio, con gran cariño además).

-          Colaboración con un centro de educación especial que tienen al lado. Los viernes se comparte el patio con los vecinos, y se hacen grupos en primaria para pasar el recreo con ellos. Los niños están acostumbrados a tratar con niños en silla de ruedas, ciegos, síndrome de down, y con todo tipo de discapacidad.

-          Lavado de dientes. Es obligatorio después de comer. Me parece genial para crear el hábito a los peques.

-          Toda la comida fresca. Nada congelado. La verdura se pela y se trocea allí mismo. Las croquetas o los san jacobos, son hechos allí.

-          Almuerzo saludable: cada día debemos llevarles el almuerzo de media mañana diferente. Lunes lácteo, martes fruta, miércoles sándwich…etc.

Estamos encantados con el cole que hemos elegido, lo hemos hecho pensando en lo mejor para el Gnomito y para Pulguita que vendrá después, y confiando en que van a ser sobre todo muy felices en su etapa escolar, que disfruten aprendiendo, y que les inculquen los valores que Papi y yo tratamos de inculcarles día a día.

 Aunque al final cada niño es un mundo, y si se adapta bien, hace amigos, y es feliz, la elección del cole habrá sido un éxito, sea este o aquel.

jueves, 6 de agosto de 2015

Amamantar y trabajar

Estamos en la semana de la lactancia materna, y este año el tema es "amamantar y trabajar". Así que desde mi humilde rinconcito, quiero animarme a contar mi experiencia con mis dos hijos.

Como antecedentes explicaré que mi trabajo es de oficina, y que gracias a una reducción de jornada de una hora al día, mi horario es de 8:30 a 15:30. Me traigo el tupper y como en el trabajo.

Con el Gnomito pude juntar las 16 semanas de baja maternal, con el permiso de lactancia, y con el mes de vacaciones, ya que como nació en Agosto, ese año no disfruté de las vacaciones en su momento y pude sumarlo a la baja por maternidad.

Total, que me tocó incorporarme una semana antes de que el Gnomito cumpliera 6 meses. Las 2 abuelas se encargaron de cuidarle durante mis horas de trabajo, una semana cada una.

Antes de irme a trabajar, el Gnomito se solía despertar y le daba teta. Durante mis horas de trabajo, el pecho se iba llenando...y sobre la 1 de la tarde hacía una parada para sacarme leche. Esto era metida en un wc, con un sacaleches manual para no hacer ruido. Al principio conseguía sacarme 150-180 ml, suficiente para que las abuelas le dieran un bibe de desayuno. Pero poco a poco la producción fue disminuyendo. Imagino que el estar lejos del bebé, y estar con la cabeza pensando en temas de trabajo, influye en la producción de leche. Cada vez tardaba más tiempo para conseguir un bibe decente para el Gnomito. Llegué a estar una hora metida en el wc con el sacaleches, y cada vez conseguía menos cantidad, ya que encima me agobiaba pensar que alguien me estuviera buscando, llamando al teléfono del trabajo o enviándome algún email y yo estuviera escondida en el baño. Sí, lo hacía a escondidas ya que mi permiso de lactancia ya lo había consumido para juntarlo con la baja.

Estuve así poco más de un mes, y dejé de extraerme leche en el trabajo, con lo que al Gnomito,  durante mi ausencia, le daban bibes de fórmula y purés.

Una vez que salía del trabajo retomábamos nuestra lactancia sin problema, hasta que a los 8 meses y medio el Gnomito se destetó él solito.

Con Pulguita ha sido un poco diferente. Esta vez no disponía de mes de vacaciones, ya lo había consumido. Así que cuando mi pequeña tenía 4 meses y 10 días de vida, tuve que volver al trabajo. Ella también está con las abuelas en mis horas de ausencia.

Con Pulguita lo he hecho un poco diferente. He venido a trabajar con el sacaleches en el bolso, pero solo lo he usado en caso necesario, esto es, cuando me he sentido con el pecho muy cargado. Normalmente no me saco leche en el trabajo, cuando llego a casa le doy teta, y con lo que sobra (bastante) me saco leche para dejarle para el día siguiente. Aún así ha habido que complementarla con leche de fórmula mientras yo no estoy, y actualmente a sus 9 meses, también come puré.

Por las tardes y noches retomamos nuestra lactancia que de momento sigue adelante. Estamos en una etapa ahora en la que las tomas por la tarde son minis. Pequeños chupitos. Está muy interesada en comer de lo nuestro así que picotea fruta, quesito, pan, galletas, aceitunas, helado incluso, lo que pille. Está en una etapa llena de curiosidad por la comida y no parece muy interesada en el pecho. Aunque éste sigue siendo la salvación cuando hay algún golpe o está cansada. Por las noches va durmiendo mejor y también mama menos. Y yo ya estoy notando que la producción está bajando, ya no noto el pecho cargado durante la noche o en las horas de trabajo. Pero bueno, ahora llegan las vacaciones y espero que se reenganche, ya que me gustaría continuar lactando más tiempo, y la verdad es que me siento un poco rechazada por ella ultimamente cuando le ofrezco pecho y ella prefiere ir al suelo a gatear.

Siempre digo nuestra lactancia durará lo que ella quiera...aunque sea menos tiempo del que a mi me gustaría...

miércoles, 5 de agosto de 2015

Otra forma de jugar



Desde que el Gnomito empezó a utilizar juguetes, empecé a desarrollar un rechazo hacia los juguetes demasiado ruidosos y luminosos. También hacia los juguetes en los que el niño es un mero espectador, y no tiene que hacer nada salvo mirar cómo el juguete hace esto o aquello. Igualmente me pasaba con esos juguetes enormes que son un trasto que no hay donde meterlos. O con los juguetes que cuentan cuentos solos.

A mi me gustaban los juguetes en los que el niño es el protagonista, juguetes en los que el niño aprende algo. Y por supuesto, pensaba que ningún juguete puede suplir la voz de un padre o una madre contando un cuento a un niño. Pensaba que eran cosas mías, ya que a mi alrededor los niños tenían el tipo de juguetes que no me gustaban, pensé que yo era un bicho raro.

Poco a poco me fui dando cuenta de que no, que no soy ningún bicho raro. Que esas inquietudes que me asaltaban se llaman "educación libre o alternativa", en las que se defiende que los niños aprendan a través del juego. No sé ni cómo, buceando por internet, llegué a blogs como Tigriteando, o De mi casa al mundo, y tantos otros, que me descubrieron que otra forma de aprender es posible.

Empecé a leer sobre la pedagogía Montessori, Waldorf, Reggio Emilia.

Con ellos he aprendido cosas, para mi, muy importantes para el desarrollo de un niño. Cosas que se pueden aplicar en casa, y que poco a poco vamos implantando en nuestra casa y en nuestra forma de actuar con los peques.

  1. Que la única obligación que tiene un niño, es jugar.

  2. Que el juego es la mayor fuente de aprendizaje para un niño.

  3. Que lo único que necesita un niño para ser autónomo es tener un ambiente preparado para él, donde tenga todo al alcance, y no tenga peligros.

  4. Que no debemos tener prisa por enseñar cosas a un niño. Sólo hazlas tú, y que él te vea. Su interés por ello vendrá solo antes o después.

  5. Que no debemos dirigir el juego del niño, sino acompañarlo. De esta manera descubrirá muchas otras formas de jugar, desarrollará su imaginación y otras habilidades, no solo aquellas para las que está diseñado ese juguete.

  6. Que los objetos más cotidianos y más abstractos son los que dan más juego.

  7. Que cuanto menos estímulos tiene un juguete, más se concentra el niño en él. Y cuanto más abstracto y menos definido, más utilidades le sacará.

  8. Que si nos paramos a observar a un niño, nos daremos cuanta de cuales son sus intereses, lo que en Montessori se llama "periodos sensibles". Si fomentamos esos intereses, aprenderá mucho más, sin darse cuenta, jugando y disfrutando.

  9. Que hay que dejarles SENTIR. Utilizar sus sentidos. El tacto es el sentido olvidado de los juguetes de plástico ruidosos y luminosos. En casa estamos cambiando el plástico por la madera, a veces suave, a veces áspera, a veces fría, a veces cálida. Estamos más tiempo descalzos. Usamos materiales sensoriales que estimulan la experimentación, la curiosidad.

  10. Que a los niños les encanta hacer tareas domésticas. Solo hay que adaptarlas a su tamaño y tener mucha paciencia, nunca meterles prisa.
También hemos tenido en cuenta todo esto que hemos aprendido, a la hora de elegir colegio para el Gnomito. La pena es que las escuelas libres, tienen un choque entre la filosofía de vida que promueven, y el coste de estas escuelas. Familias de clase media y que tengan más de un hijo, tienen que hacer verdaderos esfuerzos económicos para poder acudir a estas escuelas, que por otro lado, son bastante escasas, por lo que es probable que encima te pillen lejos de casa. Se han convertido en algo elitista cuando su filosofía de trabajo y de vida es todo lo contrario. Por ello, mi esperanza es que la Escuela Pública vaya mejorando año tras año. Hemos elegido la que, dentro de nuestras posibilidades, más se puede adaptar a nuestra filosofía y nuestra forma de entender la educación. De esto hablaré en otro post, porque me quiero extender en ello.
Poco a poco iré contando cómo estamos adaptando nuestra casa, y qué tipo de juegos y juguetes utilizan mis hijos.

miércoles, 29 de julio de 2015

El postparto y la lactancia de Pulguita

Hace unos días conté cómo fue el parto de mi Pulguita. Imaginaba que el postparto sería más fácil que la post-cesárea del Gnomito. Pero, o mucho he suavizado mis recuerdos de la cesárea, o el postparto me pareció igual de duro o peor!!

Tuve muchísimas molestias por la episiotomía, y además se sumaron unas hemorroides postparto del tamaño de judiones de la granja. Nunca en la vida había tenido hemorroides, pero claro, después de 3 horas de empujones, no es para menos. Pasado el tiempo Papi me confesó que mientras miraba cómo nacía Pulguita, se asustó sobremanera de ver mi trasero como un collar de garbanzos. Según él. En fin, un espectá-culo (jeje, chiste facil).

Estuve molestísima entre los bajos delanteros y los traseros. Además me dijeron que los puntos se caerían solos. ¡JA! Pasaron 8 días y ahí seguían, los 4 bien tirantes. Al final la matrona me los fue quitando poco a poco, primero uno, el que más me tiraba. Al cabo de unos días, dos más. Y el último me dijo que era muy interno y que ya se me caería. Me dijo que no sufriera dolor, que podía tomar calmantes y usar hemoal. Y eso hice, y poco a poco fue más llevadero aunque los andares de chiquito me duraron unas dos semanas.

Cuando ya consideré superados los dolores y molestias de bajos, fue a las 3 semanas, que me di yo misma el alta psicológica.

Con el Gnomito recuerdo que a los 8 días me quitaron las grapas de la cesárea y a partir de ahí fue coser y cantar! (o eso recuerdo).

Por suerte puedo decir que 9 meses después las hemorroides no han vuelto. Que no tengo ninguna molestia de la episiotomía, y que mi suelo pélvico se mantiene con mucha dignidad.

Además de lo mal que lo pasé con los bajos, no se quedan atrás "los altos", useasé, los pechos.

La lactancia con Pulguita ha sido (está siendo) más fácil que con el Gnomito. A los pocos minutos de nacer ya se enganchó al pecho, y con mi poca o mucha experiencia con el Gnomito yo veía un buen agarre y una buena postura, y así me lo confirmaron las matronas del hospital. Me estaba frotando las manos pensando que sería coser y cantar. Seguro que ya tenía "callo" de la lactancia del Gnomito y Pulguita no me haría daño, con lo bien que se agarraba además!

Bueno pues al día siguiente de nacer, ya tenía los pezones irritados. Poco tiempo después ya tenía heridas, no eran grietas, sino heridas, que al secarse se transformaban en costras. Al ponerme a la niña al pecho, las primeras succciones eran como cuchillas, veía las estrellas y tenía que ayudarla a abrir mucho la boca para enganchar la areola y que no pillara solo pezón. Poco a poco se iba pasando, pero me reblandecía la herida, y al terminar y secarse, otra vez costra.

Hubo una madrugada, que me estaba haciendo mucho daño en el pecho derecho y decidí probar con una pezonera. La niña siguió mamando con la pezonera pero a mi me dolía igual o más....así que la retiré del pecho y....horror!!!! la pezonera estaba llena de sangre!! Desperté a Papi y lo primero que le dije fue "Se me ha roto la teta!!". Pensé que me había desprendido el pezón o qué sé yo. No me atrevía ni a quitarme la pezonera a ver el desaguisao que tenía. Finalmente me la quité y me lavé el pecho en el baño, y lo que me había salido era una ampolla de sangre en el pezón. No sabía cómo gestionar eso, ni si la niña podría mamar de ese pecho....

Decidí dejarlo al aire, le di a la niña el otro pecho y nos dormimos. Al despertar la ampolla se había secado, y al rozarmela con el dedo, se cayó sola. Menos mal! El pezón seguía intacto!! Este fue el único contacto que tuve con las pezoneras, no me atreví a usarlas más, aunque la nena me seguía haciendo daño.

Durante los días que me duraron las heridas y las costras probé el Purelan, y las conchas estas que te pones en el pecho para evitar el roce, pero no me funcionaron nada bien, me cocían el pecho! Lo que mejor me funcionó fue dejar el pecho al aire, sin cremas y sin discos de lactancia, sin sujetador incluso.

Y, como con "los bajos", el pecho se curó a las 3 semanas.

9 meses después continuamos la lactancia materna con Pulguita. Ya es toda una experta, mama en las posturas más insospechadas, y ahora nos estamos enfrentando a una experiencia nueva, la lactancia con dientes de por medio! Esto no lo viví con el Gnomito ya que fue muy tardío con los dientes, y cuando le salieron ya se había destetado. Ahora Pulguita me pega unos bocaos que me mata. Menos mal que son puntuales, pero de vez en cuando me hace dar unos respingos de aúpa!


lunes, 27 de julio de 2015

El Gnomito a sus CASI 3 años

Falta poco más de un mes para que mi Gnomito cumpla 3 años. Como llevo tantos meses sin escribir, hoy me gustaría contar quién es el Gnomito en la actualidad, ha pasado poco tiempo para un adulto, pero media vida para un niño!!

Con casi 3 años yo creo que ya se puede ir vislumbrando el carácter de un niño. Si tuviera que definirle en unos cuantos adjetivos, diría que es alegre, cariñoso tirando a mimosón, hablador, muy sensible a los cambios, huye del conflicto, noble, me gusta decir que es "buenín"...de los que nunca pega ni se mete en líos. Tiende a jugar con niños tranquilos. También tiene una "cara B"...es terco, escapista a veces cuando vamos por la calle, muy demandante de atención...

El Gnomito lo habla todo ya. Construye frases bastante complejas, y usa bien los tiempos verbales (aunque suelta sus perlas como "aquí no cabo", "me lo has ponido mal", etc...). Eso sí, cecea siempre con las "S", y en ocasiones tartamudea cuando no se acuerda bien de la palabra que quiere decir. Pero en general se le entiende muy bien y habla por los codos.

En la guarde come de todo, lentejas, cocido, judías verdes....en casa es más exquisito. La fruta ni la prueba. Y no exagero un pelo. Ni la prueba. Ninguna. He probado con todo tipo de frutas. Entera. En daditos para pinchar con un pincho molón. En batido. En zumo. En helado. Frutas deshidratadas tipo chips. Batida con yogur de beber. En bizcocho. En cuanto detecta el mínimo sabor a fruta....."esto no me gusta". Tengo plena confianza en que en el cole de mayores la acabará comiendo, ya que dos días en semana ese es el almuerzo que hay que llevar de media mañana. Pero a día de hoy es capaz de pasar hambre y no comer nada antes que tomar fruta. Ya veremos cómo sigue este tema!! Le encanta el pescado, y las verduras las toma bien, en cremas, en sofritos acompañando pasta o albóndigas...La carne se le hace bola. Así que optamos por albóndigas, hamburguesas, lasaña, y cualquier cosa que se me ocurra en la que pueda usar carne picada.

Ya no lleva pañal, desde hace un par de meses, es decir, lo dejó con 2 años y 9 meses. Tampoco chupete ni biberón (esto último desde hace unas 2-3 semanas). Pero de todo esto me gustaría hablar en un post aparte. Solo diré que doy esta etapa como superada, aunque no descarto alguna regresión al empezar el cole.

Siguen encantándole los coches. De todos los juguetes que tiene, el 95% del tiempo juega con coches. Cuando hablo de coches me refiero a cualquier vehículo, camión, moto, tractor, ambulancia, coche de bomberos, etc etc etc...Como un coche de estos pequeños metálicos vale 1 o 2 euros, pues abuelos (especialmente), amigos, y nosotros mismos pasamos por cualquier sitio y "anda, voy a llevarle un cochecito al Gnomito". Así que imaginaos. Debe estar cerca de 100 coches, de todos los tipos, colores, tamaños, marcas...aparecen coches por cualquier lugar insospechado. En el baño, en el carro de su hermana, en mi bolsa del tupper...

Sus pelis son Cars y Aviones 2. Y no le sacas de ahí. Las habrá visto cientos de veces cada una. Eso sí, se las ponemos en inglés...digo yo que a fuerza de oírlas una y otra vez, y saberse la historia de pé a pá, algo aprenderá! Aunque un detalle curioso es que en casa de los abuelos tienen Cars en español. Y cuando se la ponen, se ríe a carcajadas. Debe abrirse un mundo nuevo cuando entiende lo que dicen!!

Y ahora, los dibujos de moda son La patrulla canina claro!! como el resto de varoncitos menores de 6 años de toda España! Procuramos que no vea demasiada tele, pero sí tiene sus ratitos mientras merienda, o después de cenar (si ha cenado bien).

Este curso ha ido a clase de pre-danza. Esto es, que la profe de danza del gimnasio del pueblo, quiso crear un grupo con niños pequeñitos. Hacían la mitad de la clase psicomotricidad, les montaba circuitos con aros, cuerdas, conos...y luego les ponía música tipo hip-hop y hacían pequeñas coreografías con gestos sencillos. Al Gnomito le ha gustado mucho!! Al final de curso le dieron un diploma de "street-dance", jejeje, de aquí a "FAMA". Nos ha gustado llevarle a estas clases. Solo eran un día a la semana, los viernes, y al lado del gimnasio hay una cafetería con lo que era uno de los mejores momentos de la semana, el cafetito con los demás padres mientras los peques hacen el cabra. La sala donde lo hacían, es un aula de judo, con lo que el suelo es de tatami, y una pared entera de espejo. Las primeras semanas el Gnomito las pasó tirándose por el suelo descalzo y mirándose al espejo. Eso de pegarte un tortazo y caer en blando le encantaba oye. Poco a poco la profe fue captándole y acabó bailando bastante!!

Le ha venido muy bien porque el Gnomito no es el más ágil del mundo. Es muy, muy prudente y no le gusta arriesgar. Tardó bastante en aprender a saltar, y le ha costado soltarse a tirarse solo por el tobogán (de hecho como sea un poco alto aún nos pide la mano), o a coger soltura con la bici sin pedales...así que estas clases le vienen fenomenal para coger soltura y coordinación.

Luego tiene sus momentos Mr. Hyde! es terco como una mula cuando quiere algo. Procuramos ser comprensivos y valorar ese "algo", si son gusanitos o patatas, no (al menos no todos los días, que si por él fuera se alimentaría solo de eso). Si es querer ir por una carretera cuando vamos camino de otro sitio, es no. Pero si es que quiere pararse por la calle a mirar algo, o coger piedrecitas....vale. Si es que quiere llamar él al ascensor (y tú ya lo has llamado y ya lo tienes abierto...)...lo dejamos que se cierre para que sea él el que lo llame y se abra la puerta (aunque esto me supone llegar tarde al trabajo el 100% de los días). En fin, valorar lo verdaderamente importante y tratar de reducir los NO.

También es muy demandante de atención. Sobre todo si Papi y yo queremos hablar de algo, del trabajo, o de algún tema familiar, o cualquier tema serio. Empieza a llamarnos "mami, mami, mami, mami, mami, MAMI, MAMI, MAAAMI, MAAAAMIIIII!!!!".....hasta que dejas la conversación y dices "quééééé!!" y salta con cualquier tontería. Vamos que no quería nada, solo que dejes tu conversación y le hagas caso a él. Así que tratamos de que las conversaciones serias se tengan fuera del horario infantil.

Otra característica del Gnomito es que SIEMPRE QUIERE MÁS. De lo que sea. Quiere quedarse más tiempo en casa....pero cuando sales, quiere quedarse más tiempo en la calle. Le cuentas un cuento, y quiere otro (aunque esté dando cabezadas de sueño). Ve un capítulo de unos dibujos, y quiere otro. Quiere jugar más y no bañarse....pero cuando está en el agua quiere más agua, y no salirse. No quiere ir a dormir....pero cuando está durmiendo quiere dormir más...y no levantarse. Y así con todo tipo de situaciones. El caso es llevar la contraria!!!

En fin, es un niño adorable en general, muy cariñoso, me tiene enamorá. Le digo que le quiero todo lo que puedo, aunque él a mi no (sí se lo dice a su padre o a los abuelos, pero no a mi, no sé porqué!). Recientemente he descubierto que si le digo "I love you", entonces sí, me responde con un ailovió. Con eso me vale.

Y al final me enrollo como siempre!! yo que había dicho que iba a escribir post más cortos!!

martes, 21 de julio de 2015

El nacimiento de Pulguita

Mi Pulguita nació el 2 de Noviembre de 2014. Llevaba unas semanas en observación, ya que venía baja de peso, incluso teniendo que guardar reposo relativo durante las últimas 3 semanas. Ya me diréis cómo se hace eso con un pequeñajo de 2 años correteando por casa, pero bueno. Incluso llegaron a "amenazarme" con un parto inducido en la semana 38 si la pequeña no ganaba peso. Pero lo ganó! por suerte! Así que finalmente dejaron que las cosas siguieran su curso y Pulguita eligiera el día en que quería nacer.

Físicamente era una primeriza, ya que como sabéis, el Gnomito nació por cesárea programada, con lo que nunca supe lo que era una contracción de parto. Hasta el 31 de Octubre de 2014. Sí, has leído bien. Todo empezó el 31 de Octubre aunque Pulguita nació el 2 de Noviembre. 48 horas de parto. Bueno, de parto para mi. Ya que en mis dos intentonas de ingresar en el hospital a que me anestesiaran por Dios y por la Virgen, me decían que no estaba de parto y que me volviera para casa.

Empecé un día a las 2 de la madrugada con contracciones. Dolorosillas, me obligaban a controlar la respiración y concentrarme en la contracción, pero eran llevaderas, las pasé tumbada en la cama y dormitaba entre una y otra. No eran muy seguidas, cada 20 o 30 minutos incluso se paraban una hora o dos, y luego seguían. Amaneció el 31 de Octubre y vestí al Gnomito de esqueleto para su fiesta de Halloween, entre dolorcillo y dolorcillo. Así pasé todo el día, bastante fastidiada porque iban doliendo cada vez más y me impedían descansar un rato. Por la tarde-noche ya eran cada 7-10 minutos y al llevar casi 24 horas con las contracciones, nos animamos a ir al hospital. Allí me dijeron lo que me temía. Que solo había borrado un 25% del cuello del útero, y no había dilatado nada. Que no estaba de parto y que me fuera para casa. Me lo tomé bien. De hecho fui más bien para ver cómo iba la cosa y hacerme una idea de si lo que tenía eran contracciones de parto o no. El Gnomito ya se quedó con los abuelos esa noche y nos fuimos a casa.

Pasé la noche entera con contracciones rítmicas cada 10 minutos. Ya no las soportaba tumbada, sino a gatas en la cama. No sé ni cómo, conseguía dormirme entre una y otra. Pasaba de estar completamente dormida a, de un brinco, ponerme a gatas en la cama y hacer las respiraciones que me habían enseñado. A mi lado Papi roncaba como un bendito. Llegó un punto que ya no aguantaba en la cama y me fui al salón donde me puse música relajante y me puse a botar en la pelota de Pilates. FATAAAAL. Con la ilusión que yo tenía puesta en la pelota! pues no aguantaba las contracciones en ella. A gatas. Esa era mi postura. Después me metí en la ducha, echándome agua bien caliente en la zona ovárica que era la que me dolía. No me calmaba mucho, pero bueno, aguanté unas cuantas contracciones más mientras registraba en una app del móvil las contracciones. A las 7 de la mañana consideré que ya era el momento de ir de nuevo al hospital, esta vez convencida de que la cosa había progresado y que ya me ingresarían.

Después de toda la noche de contracciones, había borrado el 50% del cuello. NADA MÁS. Ahí sí que me vine abajo. Llevaba dos noches sin apenas dormir por las contracciones, y solo había borrado el 50%??!! Me derrumbé, me puse a llorar suplicando que me lo indujeran (y tirando por tierra todo lo que yo tenía pensado para mi parto claro), me volví completamente irracional...ANESTESIAAAAAA YAAAAA POR DIOOOOS!.

Pero no sucumbieron a mis súplicas y muy amablemente me mandaron a casa de nuevo.

Pero no nos fuimos!! Nos quedamos paseando alrededor del hospital a ver si la cosa se aceleraba un poco. Seguía con contracciones fuertecillas, pero no cogían ritmo, a veces eran más frecuentes y a veces menos. Cuando ya nos cansamos de dar vueltas por el campo, decidimos ir a casa de los abuelos a estar con el Gnomito. Pero el pobre Gnomito se asustaba al verme doblarme y poner cara de dolor y me decía "mami, estás triste?".....así que su padre se lo llevó al parque y yo decidí echarme un rato en la cama de mis padres. Y allí estaba yo, cuando a la segunda contracción....SPLASSSSHHH!!! Rotura de aguas en toda regla. Qué alegría me llevé! Ya visionaba en mi cabeza mi ingreso y mi anhelada anestesia!!

Al momento de romper aguas las contracciones se aceleraron y se hicieron mucho más intensas. El viaje al hospital fue de película total, agarrándome al asiento, respirando rítmicamente fú, fú, fú y queriendo matar a Papi en cada badén o rotonda, pues me causaban más dolor.

Por fin ingresé, diciendo ya desde la misma recepción que yo quería anestesia. Me exploraron y estaba de 2 cm. En esos momentos me acordaba yo de esas mujeres que van al hospital a una revisión y les dicen "uy, te quedas ingresada, si estás de 5 cm y ni te has enterado!!". A mi me estaba doliendo cada milímetro de dilatación.

El hospital ese día estaba saturado, no podían darme paritorio, así como no podían anestesiarme hasta estar en un paritorio. Me iban dando largas, me mandaron a una habitación, para que pudiera meterme en la ducha. Luego en monitores infinitas veces. Yo no aguantaba las contracciones sentada en el sillón de monitores, así que cada dos por tres se me descolocaban las correas. Solo las soportaba de pie colgándome del brazo izquierdo de Papi. El pobre a veces me ofrecía el derecho. Pero no no, yo quería el izquierdo. Debió de acabar con agujetas!

Cuando por fin me dieron paritorio llegó el anestesista, me puso la epidural y del relax que me entró me dio por llorar. Me exploraron y estaba dilatada de 8 cm. Nunca creí que dilataría hasta ese punto a pelo. Estaba al límite de mis fuerzas, las últimas contracciones las pasé realmente mal, lloraba y todo. Creo que el factor psicológico tiene un papel fundamental en un parto. Si una está mentalizada y preparada para un parto natural, las sobrelleva mejor. Pero yo estaba mentalizada de que quería epidural, y el hecho de que me fueran dando largas una y otra vez, me mató. Me iban poniendo la zanahoria en la boca pero nunca la alcanzaba. Me decían "cuando dilates 3 cm te la ponemos" "cuando se te meta toda esta bolsa de suero te la ponemos" "cuando preparemos el paritorio te la ponemos".

Bueno, el caso, que una vez puesta la epidural ya respiré tranquila, pusimos música relajante, bajamos las luces, y pudimos descansar incluso dormitar un buen rato. Finalmente me exploraron y estaba completa. Así que empezamos el expulsivo. 3 HORAS EMPUJANDO!! Pero bueno, con lo pequeña que es esta Pulguita y la guerra que está dando!! Después de dos días con contracciones, dos noches sin dormir, y dilatar a pelo hasta los 8 cm, 3 horas de empujones ya fueron el remate final, me dejaron exhausta. La niña ya asomaba la cabeza pero faltaba que hiciera un giro final de cabeza, y no lo hacía. Yo ya me temía la cesárea...entonces me hablaron de usar ventosa, me dio hasta alegría.

Con la ventosa la niña sacó la cabeza de un empujón, y aquí empezó la parte más maravillosa de su nacimiento. Pude agarrar a mi hija con mis manos y terminar de sacarla de mi cuerpo, y ponérmela sobre el pecho. Fue maravilloso sentir su calorcito, su olor, su humedad. Ver sus ojitos abiertos como platos. Sus balbuceos, porque llorar no lloró. Pero todo estaba perfecto. No la movieron de mi pecho ni para cortar el cordón, ni para examinarla, ni limpiarla. En todo este momento bucólico al que luego volveré, he de hacer un inciso para comentar que en el momento del alumbramiento hubo un imprevisto. La ginecóloga tiró del cordón para ayudar a sacar la placenta, y el cordón se rompió. Tuvieron que extraerme la placenta con la mano. Y la pequeñísima episiotomía que me habían hecho por la ventosa, se desgarró. Pero bueno, finalmente todo quedó bien, y salí bastante airosa con solo 4 puntos.

 

 
 
Volviendo a mi y a mi hija en mi pecho. Pasado un rato desde su nacimiento, empezó aquello que tantas veces había leído y visto en vídeos, que me parecía increíble. Mi hija empezó a reptar por mi cuerpo, buscando el pecho con su pequeña boquita. Qué maravilla!! Hubo que ayudarla un poquito, pero a los pocos minutos se enganchó al pecho derecho y no paró de mamar en unos 45 minutos. Fue una sensación maravillosa.
Y como buena pulguita, pesó 2,680 kg, pequeñita, pero llena de vida y de energía.
Una experiencia muy diferente a la que había tenido con el Gnomito. La cesárea del Gnomito fue rápida e indolora. El parto de Pulguita largo y doloroso. Pero ese clímax final de sacar tú misma a tu hija y darle la bienvenida a la vida no la cambio por nada!!! Pasaría por ello mil veces!!

(Cómo se nota que han pasado casi 9 meses desde aquello....creo recordar que al día siguiente de dar a luz no decía lo mismo ;-))

 

lunes, 20 de julio de 2015

Retomando el blog

Han pasado 9 meses desde la última vez que escribí!

En estos meses ha cambiado mucho mi vida como os podréis imaginar. Ha nacido mi Pulguita, que ya es una señorita de 8 meses y medio, la cual nos ha hecho desencajarnos a todos para volver a encajar de una forma nueva, diferente pero maravillosa. Mi Gnomito es un hombrecito de casi 3 años, que ha cambiado muchísimo también, ha recibido y aceptado a su hermana de maravilla, ya tiene plaza en el cole de mayores, y ha dejado el pañal, el chupete y el biberón como un campeón. De todo esto quiero volver a escribir, para aquellos que me leáis, pero sobre todo para mi, y para mis hijos el día de mañana.

Yo también he cambiado en todo este tiempo. En este sentido, cuando hablo de mi, hablo también de Papi, ya que compartimos la forma de criar y educar a nuestros retoños. Yo ya veía desde hacía algún tiempo que mi forma de ver la crianza, la educación, y el juego de los peques a veces chirriaba a la gente de mi entorno, yo notaba que iba un poco a contracorriente de lo que es "habitual". Durante este tiempo he buceado por foros y webs de crianza consciente y respetuosa, de pedagogías alternativas tipo Montessori o Waldorf, y en ellas he encontrado aquello que buscaba y no encontraba en los sistemas tradicionales. Durante estos meses el repertorio de juegos y juguetes de mis hijos ha cambiado mucho, así como mi actitud ante ellos y la disposición de mi casa. Además, toda esta transformación interior que he vivido en los últimos meses, ha influido en la elección de colegio para el Gnomito. De todo ello quiero hablar ahora que voy a intentar retomar el blog.

Voy a intentar ser constante y escribir todas las semanas, aunque los post serán más cortos ya que, aunque "el tiempo no se tiene, se saca", ahora me cuesta más "sacar" el tiempo, pero lo intentaré!

Bienvenidos de vuelta a aquellos que nos queráis seguir!