lunes, 29 de julio de 2013

El Gnomito está malito

Hoy es lunes, me siento agotada y con el ánimo muy bajito.

Resulta que Papi a veces tiene que viajar por trabajo. Y resulta, que por algún extraño motivo, al Gnomito le da por ponerse malo justo cuando Papi se va. Ya nos ha pasado varias veces. Y este fin de semana, otra vez.

Resultado: Papi a miles de kilómetros, preocupado y sientiéndose en el sitio equivocado. Mami hecha un mar de dudas, de no saber qué hacer, de sufrir por ver malito al peque, y agotada por tener que ir a trabajar.

Ayer Papi tuvo que coger un vuelo bien temprano. El Gnomito había tenido algo de fiebre por la noche pero por la mañana estaba bien. Nada preocupante. Papi se fue con la mosca detrás de la oreja, pero más o menos tranquilo.

Fue al despertar de su siesta cuando le noté arder, pobre mío. Le di Apiretal con mucho miedo, ya que el Gnomito es de esos niños a los que el Apiretal les provoca arcadas y si ha comido recientemente lo echa todo fuera. Entre arcada y arcada, gota a gota, conseguí que se lo tomara. Además le di un bañito y enseguida se recuperó. Es increíble el efecto del Apiretal, alias "resucitaniños".

Pasamos la tarde bastante bien, de hecho vinieron algunos amigos y hasta salimos a dar una vuelta. Entonces, para fastidiar ese rato de tregua que nos estaba dando la fiebre, no se me ocurre otra cosa que darle una patata frita (de las de bolsa) al niño...total, como ya tiene dominado el pan y las galletas, pues que vaya practicando con otro tipo de sólidos. MAL MAL MAL. Se le debió quedar pegado un trocito de patata y empezó con las arcadas, y ALAAAA! toda la merienda fuera. En su ropa y en la mía. Menos mal que estábamos al lado de casa, tuvimos que subir a cambiarnos. Bajamos de nuevo a la calle.

Otro buen ratito sentados con los amigos en una terraza. Que si andando para allá, para acá (cogido de mi mano claro), que si me subo los escalones del bar, que si súbeme a la moto de monedas. Sin parar. Hasta que de repente quiere brazos. Cosa rara en él. Se me va acurrucando y él solito se me queda frito. Yo sigo charlando un rato más con los amigos, pero mientras duerme empiezo a notar cómo se va recalentando...Horror!! Vuelve la fiebre, solo 4 horas después del Apiretal!!

Ale, nos vamos para casa. Y ahí estamos. 38,5 de fiebre y el Gnomito y yo solos en casa. Ahí empiezan las dudas. Qué hago? En el prospecto pone que se le de Apiretal cada 6 horas, solo han pasado 4 pero está con 38.5. Le doy? No le doy?. Papi, qué hacemos? Ay no, que Papi está a miles de kilómetros.

Decido darle un baño a ver si le baja un poco y así hacemos tiempo a que pasen esas 6 horas. El baño le espabila un poco, hasta juega con sus muñecos. Le tengo un buen rato para que se refresque bien, pero al final me alza los brazos para que le saque. Me lloriquea. Está muy ñoño. Le miro: 38.2. Ha bajado algo pero aquí va a hacer falta medicina.

Después de haber vomitado toda la merienda el Gnomito estaba muerto de hambre así que se tomó su tanque de leche con cereales de un trago casi. Bien, tiene apetito, es buena señal. Y está muerto de sueño, así que llegan las dudas de nuevo. Han pasado 4,5 horas desde el Apiretal. Qué hago, espero las 6 horas? Para entonces llevará hora y media dormido y tendré que despertarle para darle la medicina, además igual ya tiene la fiebre más alta para entonces. Y si no espero, pasará algo? Papi, qué hacemos! Joderrrr! que no está Papi! Bueno, pues ale vamos a darle la medicina y que descanse. Claro que como el Apiretal le da arcadas y acaba de llenarse el buche, mejor le doy el Paracetamol en supositorio.
Momentazo Mr. Bean. Decido tumbar al Gnomito en mi cama, que ahí puedo hacerle un placaje para que no se mueva. El primer supo se me parte por la mitad. Mierdaaa! lo dejo en el suelo. Cojo otro supositorio y consigo sacarlo, no sin dificultad, sin romperlo. Venga hijo, que te cojo las piernas, te abro el culete y pa dentro. JA! no me lo iba a poner tan fácil claro. El niño empieza a revolverse, a girarse, a quejarse, y yo con sus piernas cogidas con una mano y el supositorio en la otra. Cómo narices le abro el culete si no tengo más manos? Al final hice uso de todo mi cuerpo, le hice una llave de judo para inmovilizarle, y por fin, consigo meterle al pobre el supositorio, y claro, hay que apretarle los cachetes para que no lo expulse, pero en cuanto el niño se vio medio libre ya le tenía gateando por la cama. Bien, tú gatea, pero yo te persigo apretándote el culillo no vayas a echar el dichoso supositorio. Y en esas...NOOOO! he pisado el supositorio que se me había roto antes. Ahora tengo una pequeña plasta pegada en el suelo.

Tras unos minutos de esa guisa, doy por ganada la batalla del supositorio. Bien!! Para facilitar las cosas, el peque se quedó dormido enseguida, aunque yo tenía mis dudas dada la lucha cuerpo a cuerpo que acabábamos de tener.

Tras recoger, preparar las cosas del día siguiente, y cenar, me voy a dormir a la cama que hay en el cuarto del Gnomito, así le tengo más cerca para ver si le sube o le baja la fiebre, o si da la cara algún otro síntoma. Pero esa cama es infernal!!! Aguanto como puedo hasta la 1 de la mañana....toco al niño y le noto fresco. No hay fiebre. Yo me piro a mi cama que tengo la espalda partida ya de este colchón. Consigo dormir un par de horas y...GUAAAAAA!! Bebé llorando. Voy a verle y...NOOOO! está ardiendo de nuevo!! 38,5 otra vez. Han pasado 6 horas desde el supositorio, pero éste tiene más dosis que el Apiretal y no puedo darle nada hasta pasadas 12 horas. Tenemos que pasar la noche como sea. Otra vez las dudas. Le doy un baño a ver si le bajo un poco la fiebre? Papi? Joder, que Papi no está. Decido que es una faena para el niño que está medio frito meterle en la bañera a las 3 de la mañana, así que me lo llevo a mi cama, que así le tengo al lado para tocarle e ir controlando la temperatura. Pasamos la noche más o menos, muchos despertares y muy lloricoso. El pobre es una estufita humana en plena noche de verano que además solo quería estar muy muy pegadito a mi. El último lloriqueo es a las 6.40. Faltan solo 10 minutos para que me suene el despertador, así que decido llevarle a su cuna para poder ducharme, que dado lo móvil que se ha vuelto este niño, no me atrevo a dejarle solo en mi cama, aunque esté dormido. Le dejo. Todo en calma. Y me meto rápido en la ducha no sea que se despierte. Pues en el momento en que más jabón tenía sobre el cuerpo...GUAAAAAAA!!!! Ay madre. Ya voy! Mojada y enjabonada y con la toalla medio puesta voy y me lo encuentro ya de pie en su cuna diciendo que ya no quiere dormir más, y que quiere estar en brazos. Así que entre brazos y todo tipo de entretenimientos (incluido mi desodorante, el mando de la tele, el movil...), he conseguido vestirme, desayunar, llevarle a casa de la abuela y llegar a trabajar solo 7 minutos tarde. Bien!!

Ahora me ha llamado la abuela y ha desayunado bien, ha dormido una horita y no tiene fiebre. A ver cómo va pasando el día! Seguro que se está reservando para cuando vuelva de trabajar...

En días como hoy admiro a las madres/padres que crían solos a sus hijos. Cuando estamos Papi y yo todo parece más fácil, todo lo decidimos entre los dos, y aunque nos surgen mil dudas, entre los dos decidimos y tiramos para delante. Pero estando sola me bloqueo. Todo son dudas, no sé qué hacer y me cuesta mucho decidir. Esta noche me he visto paseando por el pasillo con el niño en brazos, ardiendo, sin saber qué hacer. Y mientras dudaba, paseaba por el pasillo, y venga  a pasear, no sé si esperaba que milagrosamente Papi apareciera por la puerta. Hoy vengo a trabajar agotada, y como os decía al principio, con el ánimo bajito. Lo paso fatal de ver a mi niño malito, y echo muchísimo de menos a Papi, aunque intento no hacérselo notar demasiado para que no se sienta aún más preocupado. Pero se me hace un mundo!!

Hoy la semana ha empezado muy cuesta arriba, nos quedan 2 noches más de estar sin Papi y creo que serán igual de moviditas que la de hoy, o al menos eso es lo más positivo que soy capaz de pensar en este momento. Hoy me voy a permitir un donut de chocolate a media mañana, a ver si me animo ;-)


3 comentarios:

  1. Pues se te dio muy bien y sobrevivisteis, es lo que cuenta. Espero que estéis mejor.

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  2. Uf, yo cuando no se q hacer, no puedo evitar llamar a mi madre. Menos mal que la tengo justo encima mío!

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