lunes, 10 de marzo de 2014

Empezar a educar


Hace unos meses que le doy vueltas al tema. A mi Gnomito ya no le basta con recibir cuidados y mimos: comida, aseo, sueño, besos, abrazos, juego, vigilar su seguridad....De un tiempo a esta parte ha empezado a mostrar carácter, a querer imponer su inocente criterio, y veo que ha empezado el momento de, no solo cuidar, sino también educar.

Y tengo que decir que me resulta infinitamente más difícil.

Me resulta difícil no abusar del NO. Por un lado pienso que si escucha la palabra NO infinitas veces al día, dejará de tener impacto sobre él y empezará a ignorarnos. Pero por otro lado...es que no tiene una idea buena este crío!! Cómo no le voy a decir NO cuando pone en marcha el horno, o me para la lavadora, o tira las llaves a la basura, o coge los cuchillos sucios del lavavajillas...Cuando estamos en la cocina es muy estresante. Es un NO constante y veo que deja de tener significado para él, ya que repite infinitas veces aquello en lo que le estoy diciendo que NO.

Tirar la comida al suelo. Nos intentamos esmerar en sentarnos juntos a la mesa, por las noches fundamentalmente, ya que come en la guardería. Hacemos el esfuerzo de tener lista la cena y cenar a las 8 de la tarde, para hacerlo juntos y que lo vea como algo agradable, un momento en familia. Que muestre curiosidad por nuestra comida, y que, a base de vernos, aprenda a comer, y ciertos modales. Ojo, que no hablo de usar el cubierto de la ensalada y luego el del pescado, de tener la espalda recta, de esperar a que todos estén servidos para empezar a comer. Ni siquiera le exigimos usar cubiertos! Ni le decimos nada si se tira un pedete o un eructo en la mesa (de momento). Solo le exigimos una cosa: que no tire la comida al suelo. Pues es imposible. Cuando se cansa de comer algo, o ya está lleno, al suelo. Creo que con 12 meses se le puede tolerar, ya que está experimentando con la gravedad, con la comida. Muy bien, he fregado mil veces el suelo para dejarle experimentar abiertamente. Pero con 18 meses, entiende todo lo que le decimos, y sabe diferenciar la comida de los objetos. Pues es imposible, no le entra en la cabeza. Sabemos que nos entiende, porque le regañamos, y entonces ya no tira nada al suelo, si no quiere algo nos lo da a nosotros (acaba cogiendo todo lo que le queda en el plato, trozo a trozo y nos lo va dando). Osea, que entender, entiende. Pero he llegado a ver la palabra "reto" escrita en su cara, cuando le digo que no tire la comida al suelo y, mirándome fijamente, coge un trozo de comida y, sin apartar la vista de mi, lo tira al suelo. Ahí me desmonta totalmente, sé que está probándome, que está viendo dónde está el límite. Hemos llegado a castigarle, a bajarle de la trona y llevarle al salón, y nosotros volver a la cocina a comer. Se me parte el alma, llora desconsolado y pasito a pasito se va acercando a la cocina como para pedir perdón, y entonces le decimos "Venga Gnomito, ya está, es que no hay que tirar la comida al suelo. Vas a volver a tirarla al suelo?" y entonces medio lloriqueando todavía nos dice "siiii". Jajaja, ahí me entra la risa y me muero de amor, porque sé que quiere decir no, pero dice sí.

Me duele en el alma contrariarle, pero hay veces que es necesario. Cuando no quiere vestirse pero no hay más remedio porque llegas tarde a trabajar. Cuando hay que salirse de la bañera. Cuando hay que bajarse del cochecito de la esquina porque ya llevas 10 minutos y tienes que hacer un recado. Porque son las 4 de la mañana y se empeña en que te sientes en la butaca de su habitación, con él en brazos (y llevas así ya media hora). Porque quiere gusanitos pero queda media hora para la hora de cenar. Porque el abuelo tiene que irse a casa. En fin, por mil y un motivos acaba pasando por un berrinche.

La teoría me la sé. Intentamos acompañarle en el sentimiento, y hablándole. "Ya sé que es más divertido montar en el coche un rato más, pero tenemos que hacer un recado y blablabla". No suele funcionar. Al final es esperar a que se le pase, o si hay suerte, distraerle con otra cosa, aunque no siempre funciona. Pero me duele. Me duele muchísimo.

Además me cuesta mucho y esto deriva a veces en discusiones de pareja, porque siempre, creo que en todas las parejas, hay una parte más blanda que otra. Y yo soy la blanda. Y el Gnomito lo sabe. Y lo aprovecha.

En fin, empieza una época difícil y creo que tengo que hacer un esfuerzo en poner límites y sobre todo ser constante, porque esa es otra. El día que me siento fuerte, le tolero menos y soy capaz de lidiar con los berrinches. Otros días cedo mucho más porque me encuentro cansada o sin fuerzas para aguantar berrinches. Y entonces es cuando les armamos un lío en la cabeza...lo que ayer no podía hacer, hoy sí? En eso creo que es importante el trabajo en pareja, para que si un día uno está débil, el otro tome las riendas. Pero esto no siempre es posible.

Qué difícil se me está haciendo!!



2 comentarios:

  1. Animo, yo creo que lo estáis haciendo genial. Besotes!!

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  2. Pones voz a lo que sentimos muchas. Me veo igual que tú con la comida, pero como solo tiene 15 meses lo dejo pasar, pero algún día tendré que ponerme seria. Yo creo que lo hacéis muy bien, pero a veces no se puede hacer más y solo queda aguantar el chaparrón.

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