viernes, 27 de septiembre de 2013

Planes con niños: Parque del Retiro

No os voy  a contar nada nuevo. Tanto los madrileños como gente de otras provincias, incluso extranjeros, conocen o al menos han oído hablar de este parque.

A pesar de ello no quiero dejar de escribirlo en mi blog, para que si alguien busca en la categoría "planes con niños", no se olvide de este parque, que a veces lo tenemos tan a mano que nos olvidamos de disfrutarlo.

Yo de pequeña iba mucho al Retiro con mis padres. Tengo infinidad de fotos, una de ellas, comiéndome un "Frigo-pie" sentada en el poyete del estanque. Esa foto tengo que reproducirla con mi Gnomito, pero eso será ya para el verano que viene. Que no estamos ya en épocas de Frigo-pies.

El caso es que aprovechando los últimos coletazos del verano, nos fuimos los 3 a pasar la mañana al Retiro.

Entramos por el Paseo de Coches, una amplia avenida asfaltada donde te cruzas constantemente con gente en bici, patinete, patines, y todo tipo de objetos rodantes. Hay muchísima afición al patinaje, incluso se imparten clases allí, debe ser el deporte de moda! Ya me estoy imaginando a mi pequeñín montando en bici por allí dentro de unos años...




Seguimos nuestro paseo y nos adentramos en La Rosaleda. El mes de septiembre no será su mes de esplendor, pero como hay muchos tipos de rosales, aún encontramos algunos en flor. Cómo me gusta a mi una rosa! La foto que os pongo está sacada de internet, en la época en que más bonita está.


La siguiente parada indispensable es el estanque. El Gnomito se asomaba a la barandilla y alucinaba con los patos y las barcas. Esperábamos encontrar títeres y teatrillos para niños, es muy típico en esta zona del parque, pero no tuvimos suerte. Solo nos topamos con Mickey, Minnie y Winnie de Pooh, que saludaban al Gnomito y le intentaban dar un globo y de paso cobrarte por el globo y por hacerse una foto con el niño. Suerte que el peque no estaba muy receptivo y no quiso saber nada de los globos...Sí estuvo más interesado en un señor-pompero, que con un artilugio hecho con palos y cuerda, y un cubo con agua y jabón, hacía pompas enormes y tenía a un ejército de chiquillos alrededor intentando explotarlas.



Y aunque en esta ocasión no fuimos, no dejéis de ver el Palacio de Cristal, que merece mucho la pena!


Y después de este paseo nos fuimos a comer a casa y echar la siesta tan a gusto. Aunque otro plan molón sería montarte el picnic y comer allí mismo! Me lo apunto para la próxima...

1 comentario:

  1. Me ha encantado la entrada. Nosotros solemos ir en todo el año. El otoño y el invierno son especialmente agradables en esas tardes que el "sol pica" y te quitas el abrigo.

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