Mi niño esponja

Ya estamos totalmente inmersos en la rutina, Papi, el Gnomito y yo. La semana que viene empieza una nueva oleada de viajes de Papi, así que seguro  que los próximos días vienen cargados de anécdotas, enfermedades varias y contratiempos. Si me lee mi amiga Susana me mata, que siempre me dice que todo está en la actitud, que si me pongo negativa pasarán cosas negativas. Ayyy venga, a ver si logro cambiar mi actitud!
Esta tarde tenemos reunión de padres en la guarde, donde nos explicarán cómo será el 2º trimestre, las unidades didácticas, los objetivos, en fin, ya os contaré!

Lo que quería contar hoy, es cómo me maravilla la capacidad de aprendizaje de los niños, cómo, simplemente con jugar y vivir cada día, aprenden y almacenan información. Creo que nunca jamás en nuestra vida seremos capaces de aprender a esa velocidad, y con esa retentiva!

Como ya he contado más veces, el juguete favorito del Gnomito son los cuentos, tenemos muchos ya, regalados y heredados de las primas, de muchos temas y tamaños. El Gnomito empieza a mostrar preferencias por unos o por otros, se va a la estantería de los cuentos y a veces coge 2 o 3 y los tira al suelo, hasta que da con ESE, el que quiere ver en ese momento, y entonces viene a sentarse en mis rodillas para verlo.

El caso, es que a lo tonto, cuento va, cuento viene, el Gnomito distingue ya un montón de animales: perro, gato, vaca, pato, león, pájaro, caracol, abeja, y no sé cuántos más, además de muchos objetos. Sabe hacer el sonido de unos cuantos: perro y pato (los pongo juntos porque para el Gnomito los dos hacen "wawa"), vaca, abeja, caballo (con este te partes, para hacer el caballo suelta una carcajada forzada, y cierto! se parece a un relincho!), elefante (estira el brazo hacia delante como si fuera la trompa)...

Tiene también algunos juguetes de esos con un cuadrado, triángulo, circulo...para introducir en agujeros con su forma, y gracias a eso ya es capaz de distinguir las formas. No lo tengo tan claro con los colores. Le pides que coja el juguete rojo, y a veces lo coge (casualidad? o sabe qué es el color rojo) y otras no. Así que lo de los colores no me queda claro todavía.

Las prendas de vestir. El abrigo. ODIA ponerse el abrigo, y no me extraña, el pobre va como el muñeco de michelin y casi no se puede ni mover. Sé que sabe lo que es el abrigo, porque cuando digo "a ponerse el abrigo", el niño sale corriendo en dirección contraria y, cuando le cojo, se hace el muerto y se deja caer con el cuerpo fofo y no hay manera de ponérselo. Llevamos tiempo ya que cuando le vestimos o desvestimos, vamos nombrando las prendas, así que ya distingue los calcetines, las zapatillas, pantalones, camiseta, body y pañal. Siempre seguimos el mismo orden: Primero las zapatillas, luego los calcetines (que se quita él), pantalón, camiseta, body y por último el pañal. Es curioso cómo después de quitarle el pañal, se señala el ombligo (al que llamamos "rin-rin"), y luego se pega un agarrón al pito (¡!). Es un ritual que siempre, siempre hace. Yo no sé cómo no se hace daño!! Y después de eso, dice "awa", que quiere decir que ya quiere irse al agua.

La verdad es que alucino con mi hijo cada día. No hay día que no me sorprenda con algo nuevo. Había oído mil veces eso de que los niños son esponjas, pero es que es verdad!! Absorben todo!

Me maravilla la capacidad de observación que tiene el Gnomito, él ve cosas que para mi pasan totalmente inadvertidas. Por ejemplo, le fascinan los relojes, a los que él llama "nannnn" (por un reloj de péndulo del abuelo que da campanadas cuando da la hora). Pues hasta el más minúsculo o camuflado reloj que haya en un sitio, el Gnomito lo ve. El otro día fue entrar por la puerta de un bar, y el Gnomito empezó "nannnn, nannnn"...y yo como loca buscando un reloj hasta que por fin, en una pared plagada de cosas colgadas, super camuflado, estaba el dichoso reloj. Igual pasa con un ladrido de un perro, o un avión que está pasando, unas campanas que suenan....Al Gnomito no se le pasa una, y yo sin embargo hasta que no oigo al Gnomito decir "wawa" no soy consciente de que hay un perro ladrando a lo lejos. Entonces pienso en cómo se nos pasan muchos detalles sin darnos cuenta, y cómo los niños están observando y pendientes de todo.

Es una maravilla sorprenderme cada día con mi pequeñín!!