El primer trimestre se me hizo
eterno. Por suerte mi gine, con mis antecedentes de infertilidad y con un
aborto previo, le puso interés al tema y me hacía ecos cada semana o cada 2
semanas. Está genial! Pero a mi se me hacía como un año entre eco y eco. La
verdad es que en esta ocasión, el tamaño del embrión iba clavao, correspondía
perfectamente a las semanas de las que estaba. Aún así yo iba al baño 200 veces
al día a restregarme bien el papel higiénico buscando algún indicio rosado o
marroncillo, alguna señal de que la cosa se torcía, pero no! No se torcía. El
papel salía blanco nuclear siempre.
Poco a poco nos fuimos animando a
decírselo a algunos amigos. Sobre todo a los que sabían todo nuestro pasado.
Qué momentazos la verdad. Yo creo que nadie se esperaba que nos quedáramos otra
vez tan pronto.
Por un lado estábamos de lo más
prudentes con este embarazo, aunque por otro, yo estaba deseando sentirme
embarazada. No tenía ningún síntoma excepto la falta de regla. Los dolores de
tripa duraron unos días pero se pasaron. Estaba embarazada, pero no sentía nada
especial, vaya rollo.
Así que ni corta ni perezosa,
así, porqueyolovalgo, a las 8 semanas estrené mis primeros vaqueros premamá.
Con la súper goma esa que te llega hasta el sobaco, completamente vacía. Pero
yo, tan contenta. Ahora sí que me sentía embarazada con mis pantalones con
goma. Es verdad que me sentía más cómoda, y sobre todo más tranquila porque el
estar 8 horas sentada en una oficina clavándome el botón del pantalón justo
donde yo creía que estaba el gnomito, me tenía de lo más preocupada.
Y así pasaban los días, con mis
pantalones con goma como toda señal de embarazo. Y una buena mañana, llegaron. LAS NÁUSEAS! Horror! No llegué a
vomitar en todo el embarazo, pero no sé qué es peor, por mi experiencia con gastroenteritis
varias, una se queda a gusto después de vomitar. Pero con las náuseas no. Nunca
te quedas a gusto. Vas con cara de malmehuele todo el día. No podía con el
café. El café! Que era el momentazo del día en la oficina! El olor del comedor
de la empresa era como una bofetada en toda la cara. Estuve unos días
llevándome tupper de pasta cocida con tomate de tetrabrick. No podía con nada
más elaborado.
Me dijeron que para aliviar las
náuseas era bueno comer algo seco justo al despertarse. Pero no hay nada peor
que tratar de tragar una galleta maría con la boca reseca de recién levantada.
Sin agua ni ná. Y ese truco conseguía que no vomitara, pero no me aliviaba las
náuseas.
Hasta que lo descubrí. SAN
CARIBAN benditoseadios!! Fue mano de santo oye. La puñetera de mi matrona
(típica señora mayor regordeta que dice que las mujeres estamos hechas para
parir cachorros humanos), me decía que el Cariban era un placebo, que no hacía
nada, que era psicológico. Pues será psicológico oiga, pero yo el día que no me
lo tomo voy con cara de acelga.
Y así transcurrieron las semanas
hasta llegar a mi mayor meta, la ecografía de las 12 semanas. Por supuesto fue
el día de mayor saturación en consulta y tuvimos que esperar hora y media, con
los nervios que teníamos. Por fin entramos en consulta. Empiezan a hacerme la
eco y a Papi le hacen esperar al otro lado del biombo. Yo tampoco veo la
pantalla. La gine observa muy seria. Me va a dar algo. No hago más que estudiar
su cara en busca del más mínimo gesto de preocupación, satisfacción,
sorpresa….la tía tendría la cara de poker súper ensayada porque no lograba
adivinar qué estaba viendo. Hasta que tocó un botón y….PUMPUMPUMPUMPUM…..música
celestial, el corazón del gnomito latiendo fuerte y a toda pastilla!! Por fin
giró la pantalla y pudo acercarse Papi. El Gnomito ya tenía forma humana
incluso movía los bracitos y las piernas. El pliegue nucal estaba bien. La
prueba del triple screening también, riesgo bajo. Qué felicidad, qué
relajación, qué disfrute!
Lo peor había pasado. Habíamos
pasado el primer trimestre con nota. Esto iba a salir bien. Lo sabía. Por fin
me permití a mi misma empezar a disfrutar, a creérmelo por fin. A anunciarlo a
bombo y platillo. A hacerme fotos de frente y de perfil, pintándome la tripa
con lápiz de ojos de cuántas semanas estaba. Por fin empezamos a vivir el
embarazo como siempre lo habíamos soñado…
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