jueves, 30 de mayo de 2013

El embarazo del Gnomito. Tercer trimestre

Miedo me daba a mi el tercer trimestre. Me iba a pillar todo el verano, yo que siempre he tenido la circulación regulín, ya me estaba temiendo problemas de varices, piernas hinchadas, etc. Y no andaba muy desencaminada, aunque luego no fue para tanto. Conseguí librarme de las varices. No así de las piernas y pies hinchados. A veces lo único que podía ponerme eran las chanclas de la piscina! Pero bueno, todo fue bastante llevadero. Me metía en la piscina todo lo que podía, era un gustazo, en el agua no me pesaba la barriga, y se me pasaban los calores que tenía. Eso sí, ya para ir acostumbrándome, empecé a no dormir del tirón. Necesitaba ir al baño al menos 2 veces cada noche, muchas veces me despertaba con calambres en las piernas, y otras con alguna postura del Gnomito que me causaba dolores o incomodidades, otras veces me despertaba muerta de calor…en fin, que todo el mundo te dice que aproveches a dormir, que luego no podrás…pero era imposible!!

Aún así me encontraba bastante bien y aguanté trabajando hasta la semana 36.

Durante estos últimos meses de embarazo, nos dimos el capricho de hacernos la ecografía en 4D. Para mi también llamada eltimodelaestampita. Pero bueno, eso es cosa de mi y mi gnomito. Y es que el muy jodío no se dejó ver. Tenía los pies, las manos y el cordón, todo junto, en toda la cara. Conseguimos verle algo de la cara unos segundos, pero se veía fatal. Lo más bonito fue ver cómo se agarraba un pie con la mano. Según pasaban los minutos el Gnomito se escondía más y más, hasta que la ecógrafa se rindió. No me mandó comer chocolate, darme un paseo y volver a ver si había cambiado de postura. Simplemente me dijo que se había escondido y no se le veía. Claro que cogimos la eco por una oferta muy barata de Groupalia, si ya me lo dice mi madre, que nadie da duros a peseta…
Pues no contentos con eso, otra vez por Groupalia, vimos una oferta para una sesión de fotos profesional. Yo es que estaba tan feliz de estar embarazada que no me bastaba con las fotos caseras, yo quería unas fotos “bonitas” de mi embarazo. Me llevé hasta 2 modelitos para hacerme las fotos. Menudo corte pasé. Las fotos no están mal, pero a mi se me ve muy forzada. Nos ponían a Papi y a mi delante de la cámara, y el fotógrafo “venga, haced algo, divertiros, jugad, haced gestos, moveros, reíros”….¿Cómo? ¿Que nos divirtamos? Los dos plantificados en una sábana negra con un fotógrafo delante y una chica diciéndonos donde teníamos que ponernos. ¿Cómo se “divierte” uno así? En fin, ahora cuando veo a las modelos posando delante de una cámara haciendo bailecitos y carantoñas, valoro mucho más su trabajo. A mi me resultó imposible y eso se nota en las fotos. Pero bueno, quedaron bastante bien al fin y al cabo.




Un momento muy especial de la última etapa del embarazo fue un día de Eurocopa, que jugaba España. Habíamos quedado con mis compañeras del trabajo, en casa de una de ellas, para ver el partido y hacer un concurso de tapas. Cada uno llevaría una tapa y votaríamos a la tapa ganadora.

Además nos pidieron que lleváramos sillas plegables, para poder sentarnos todos. Y allí que fuimos, Papi y yo. Yo con mi bandeja de champiñones rellenos (mi tapa concursante), y Papi con 2 sillas plegables en cada mano. Y según entramos por la puerta….SORPRESAAAA! Una baby-shower en toda regla! Al principio me sentí confundida, ¿sorpresa? ¿sorpresa de qué? No entendía nada. Estaban mis compañeras de trabajo, sus maridos y sus hijos…y de repente entre toda la gente asoman mi hermana y mi sobrina! Entonces entendí que la sorpresa era para nosotros, me fijé en la decoración que se habían currado, y comprendí que era por el Gnomito, que era una baby-shower….y me emocioné muchísimo! Fue un recuerdo precioso, lleno de detalles, que Papi y yo recordaremos toda la vida. Si alguna de mis compis me lee, de nuevo os doy las GRACIAS, fue un regalo precioso, os quiero!




Y así fueron pasando las semanas. En las ecografías, el Gnomito iba creciendo bien, todo iba perfecto. Solo había un pero. El Gnomito estaba de nalgas. Me decían que aún había tiempo, que muchos bebés se giran en el último momento. Pero pasaban las semanas, y no se giraba. No me hacía falta una eco. Yo notaba perfectamente su cabeza debajo de mis costillas. Sus patadas me daban en la vejiga.



Me dieron mil y un consejos para que se girara. Hacer la postura del gato erizado:



Y yo todas las noches mientras veía la tele, dale que te pego espalda para arriba, espalda para abajo. Nada.

Que anduviera mucho. Y todos los días al anochecer, andaba entre una hora y dos. Nada.

Que nadara como los delfines. Esto era lo mejor. En la piscina tratando de hacer los saltitos de los delfines, aunque yo con mi panza parecía una ballena más bien. El momento glamouroso vino cuando un día de piscina con amigos, me puse a hacer “el delfín-ballenato” y se me bajó la braguita del bikini. En fin…momento para olvidar. Y decir “braguita” es demasiado fino para la super-mega-braga de mi bikini pre-mamá, por cierto.

Todos mis intentos porque el Gnomito se girara no dieron resultado. En mi hospital me dijeron que en estos casos no se arriesgan a partos de nalgas, y menos con una primeriza. Había oído hablar de cierta maniobra para girar al bebé, pero tenía riesgos y en mi hospital tampoco la practicaban. Así que iba directa a una cesárea.

Cesárea programada, para más INRI, ya que preferían programármela unos días antes de salir de cuentas, para evitar que me pusiera de parto y tener que hacerme una cesárea de urgencia.

Aquí mi ánimo decayó mucho. Había soñado con parir a mi hijo, con estar con Papi en ese momento, con sentirle sobre mi pecho nada más nacer y no separarme nunca más de él. Quería sentir los nervios al decirle a Papi “vámonos al hospital, que ya viene”, me imaginaba tratando de sobrellevar las contracciones, me visualizaba empujando. Y todo eso se me vino abajo. Nunca se me pasó por la cabeza que el Gnomito naciera por cesárea. Me había informado mucho sobre cómo iniciar la lactancia, y quería que mi bebé reptara por mi cuerpo hasta encontrar mi pecho. Y no podría experimentarlo. Pensé que la lactancia ya estaba echada a perder, pero eso será motivo de otra entrada.

Yo, que me mareaba con un análisis de sangre, tendría que pasar por una cesárea. Me daba muchísimo miedo.

Era la semana 38. La última eco. La última oportunidad de evitar la cesárea. Yo ya sabía que el bebé seguía de nalgas, lo notaba perfectamente. Y así fue. Salí de la consulta con una fecha que cambiaría nuestras vidas para siempre.


El 30 de Agosto de 2012. Mi bebé nacería por cesárea en la semana 38+6…

martes, 28 de mayo de 2013

El embarazo del Gnomito. Segundo trimestre

Sin duda esta fue la mejor etapa del embarazo del Gnomito. Fue cuando empezamos a dar a conocer a todo el mundo nuestro estado. Cuando nos creímos por fin lo que nos estaba pasando. Cuando, además de por usar pantalones con goma, empezaba a ser consciente de que estaba embarazada. Mi cuerpo comenzaba a cambiar.

Primero pasé por una etapa a la que llamo “cuerpo-barrilete”. Te empiezas a redondear, pero aún no pareces embarazada. Entonces tu ropa de siempre te queda fatal, muy apretada, pero la ropa pre-mamá la dejas vacía. Notas miradas de “no sé si está más gordita o está embarazada. No la pregunto por si acaso”.

Así estuve unas semanas, hasta que en la semana 20 más o menos, pumba! La barriga dio un estirón hacia fuera y ya no había lugar a dudas. Empezaba a rellenar la ropa premamá. Y me encantaba! De esta etapa sí que tengo mil fotos. Me hacía una ilusión tremenda tener tripa. Mi ombligo empezó primero a hacerse un agujero enorme. Hasta que poco a poco empezó a borrarse. Qué ilusión!

Con el Cariban las náuseas estaban controladas. De vez en cuando probaba a no tomarlo, pero las nauseas volvían así que yo seguía con SAN CARIBAN. Me encontraba genial, llena de energía y eufórica por lo que estaba viviendo, y por los cambios de mi cuerpo.

Yo diría que el mejor momento del embarazo fue en la semana 17. Tumbada echándome la siesta. Empecé a notar en la tripa, muy abajo, como un tic muscular. Como cuando te tiembla un ojo. Pero en la tripa. Por dentro. Me concentré en esa sensación. Estoy segura de que aquella vez fue la primera vez que sentí al Gnomito.

A partir de entonces ese tic se repetía a diario, y cada vez era más evidente, no me tenía que concentrar en sentirlo. Mi bebé se movía dentro de mi, podía sentirlo! Es la sensación más maravillosa que existe!

La ecografía de la semana 20 llegó, era otra meta importante. Sabríamos si nuestro bebé tenía todo en su sitio, todos sus órganos bien hechitos y funcionando. Nos confirmarían el sexo, aunque en la semana 13 ya se vislumbraba la colilla de mi Gnomito. A pesar de ser un momento tan importante, yo iba muy tranquila. Sentía a mi bebé, y por dentro sentía que todo iba bien. No pasé esos momentos de terror tratando de adivinar la cara que ponía la ginecóloga. Y todo fue bien. Nuestro bebé era un machote. Y todo estaba en su sitio.

Unos días después llegó el día de la madre y Papi me regaló por sorpresa un ramo de flores, el primer ramo de flores de mi vida!! Qué ilusión más grande. Por ser mi primer ramo de flores y, sobre todo, por el motivo. Ya era una casi-mamá!

En este estado de euforia y felicidad absoluta pasé el segundo trimestre. Estaba muy activa, con muchas ganas de hacer cosas. Durante estas semanas participé en la Carrera de la Mujer, no corrí, la hice andando acompañada por mi hermana y una amiga, encantada y feliz de poder participar acompañada por mi Gnomito en la barriga.

Papi y yo hicimos un maravilloso viaje a Bélgica. Visitamos Bruselas, Brujas, Gante y Amberes. Disfrutamos muchísimo de ese viaje, como pareja. Siendo conscientes de que era terminar una etapa, era el último viaje que haríamos como pareja. El siguiente viaje ya seríamos una familia! Ya nada sería igual, aunque estábamos deseando vivir esa nueva era que íbamos a comenzar.

A Papi y a mi nos encanta viajar, y siempre hemos dicho que cuando tuviéramos hijos, eso no cambiaría. Adaptaríamos los viajes al ritmo de nuestros hijos, pero queríamos seguir disfrutando del placer de viajar y conocer otros lugares, y transmitírselo a nuestros hijos. Y así ha sido hasta ahora. Nuestro Gnomito es un bebé viajero ya desde que estaba en la barriga. Pero eso será motivo de futuros post.

En definitiva, mi segundo trimestre de embarazo podría resumirse en pocas palabras: FELIZ, FELIZ, FELIZ Y FELIZ…




lunes, 27 de mayo de 2013

El embarazo del Gnomito. Primer trimestre

El primer trimestre se me hizo eterno. Por suerte mi gine, con mis antecedentes de infertilidad y con un aborto previo, le puso interés al tema y me hacía ecos cada semana o cada 2 semanas. Está genial! Pero a mi se me hacía como un año entre eco y eco. La verdad es que en esta ocasión, el tamaño del embrión iba clavao, correspondía perfectamente a las semanas de las que estaba. Aún así yo iba al baño 200 veces al día a restregarme bien el papel higiénico buscando algún indicio rosado o marroncillo, alguna señal de que la cosa se torcía, pero no! No se torcía. El papel salía blanco nuclear siempre.

Poco a poco nos fuimos animando a decírselo a algunos amigos. Sobre todo a los que sabían todo nuestro pasado. Qué momentazos la verdad. Yo creo que nadie se esperaba que nos quedáramos otra vez tan pronto.
Por un lado estábamos de lo más prudentes con este embarazo, aunque por otro, yo estaba deseando sentirme embarazada. No tenía ningún síntoma excepto la falta de regla. Los dolores de tripa duraron unos días pero se pasaron. Estaba embarazada, pero no sentía nada especial, vaya rollo.

Así que ni corta ni perezosa, así, porqueyolovalgo, a las 8 semanas estrené mis primeros vaqueros premamá. Con la súper goma esa que te llega hasta el sobaco, completamente vacía. Pero yo, tan contenta. Ahora sí que me sentía embarazada con mis pantalones con goma. Es verdad que me sentía más cómoda, y sobre todo más tranquila porque el estar 8 horas sentada en una oficina clavándome el botón del pantalón justo donde yo creía que estaba el gnomito, me tenía de lo más preocupada.

Y así pasaban los días, con mis pantalones con goma como toda señal de embarazo. Y una buena mañana, llegaron. LAS NÁUSEAS! Horror! No llegué a vomitar en todo el embarazo, pero no sé qué es peor, por mi experiencia con gastroenteritis varias, una se queda a gusto después de vomitar. Pero con las náuseas no. Nunca te quedas a gusto. Vas con cara de malmehuele todo el día. No podía con el café. El café! Que era el momentazo del día en la oficina! El olor del comedor de la empresa era como una bofetada en toda la cara. Estuve unos días llevándome tupper de pasta cocida con tomate de tetrabrick. No podía con nada más elaborado.

Me dijeron que para aliviar las náuseas era bueno comer algo seco justo al despertarse. Pero no hay nada peor que tratar de tragar una galleta maría con la boca reseca de recién levantada. Sin agua ni ná. Y ese truco conseguía que no vomitara, pero no me aliviaba las náuseas.

Hasta que lo descubrí. SAN CARIBAN benditoseadios!! Fue mano de santo oye. La puñetera de mi matrona (típica señora mayor regordeta que dice que las mujeres estamos hechas para parir cachorros humanos), me decía que el Cariban era un placebo, que no hacía nada, que era psicológico. Pues será psicológico oiga, pero yo el día que no me lo tomo voy con cara de acelga.

Y así transcurrieron las semanas hasta llegar a mi mayor meta, la ecografía de las 12 semanas. Por supuesto fue el día de mayor saturación en consulta y tuvimos que esperar hora y media, con los nervios que teníamos. Por fin entramos en consulta. Empiezan a hacerme la eco y a Papi le hacen esperar al otro lado del biombo. Yo tampoco veo la pantalla. La gine observa muy seria. Me va a dar algo. No hago más que estudiar su cara en busca del más mínimo gesto de preocupación, satisfacción, sorpresa….la tía tendría la cara de poker súper ensayada porque no lograba adivinar qué estaba viendo. Hasta que tocó un botón y….PUMPUMPUMPUMPUM…..música celestial, el corazón del gnomito latiendo fuerte y a toda pastilla!! Por fin giró la pantalla y pudo acercarse Papi. El Gnomito ya tenía forma humana incluso movía los bracitos y las piernas. El pliegue nucal estaba bien. La prueba del triple screening también, riesgo bajo. Qué felicidad, qué relajación, qué disfrute!


Lo peor había pasado. Habíamos pasado el primer trimestre con nota. Esto iba a salir bien. Lo sabía. Por fin me permití a mi misma empezar a disfrutar, a creérmelo por fin. A anunciarlo a bombo y platillo. A hacerme fotos de frente y de perfil, pintándome la tripa con lápiz de ojos de cuántas semanas estaba. Por fin empezamos a vivir el embarazo como siempre lo habíamos soñado…


viernes, 24 de mayo de 2013

Historia de un positivo

Después de pasar aquel mal trago, entré en un estado de hiperactividad total. Tenía todo el tiempo ocupado. En el trabajo. Y fuera de él con el hobbie de las manualidades a tope. Tenía un montón de encargos y actualizaba mucho el blog. Estaba muy enfrascada en eso.

Llegaron las navidades y, como en las 2 navidades anteriores, me decía a mi misma si las siguientes navidades tendría ya a mi bebé, o al menos en camino. La desesperanza que sentí al sufrir la pérdida se fue disipando, pensé que si me había podido quedar una vez, porqué no, podría volver a pasar. Mis reglas milagrosamente se habían regularizado un montón, aunque a aquellas alturas de la película yo ya no estaba pendiente ni de días fértiles ni ná de ná. El amor surgía cuando surgía, sin forzar, y sin días clave. Empecé incluso a pensar/organizar otro viaje para el verano…ya que el viaje a USA nos había traído un embarazo…a ver si colaba y al hacer otro viaje nos pasaba lo mismo.

En estas estábamos cuando llegó el fin de año y nos fuimos de casa rural con toda la familia. 16 personas en un puebloperdidodelmonte. Y aquel dolor que me había llevado a urgencias unos meses antes, volvió. Ay madre. Al rato se pasaba. Otra vez volvía. Y se iba. A veces incluso iba al baño pensando ‘ay dios me ha bajado la regla a lo bestia seguro segurísimo’. Y no. No le dije nada a nadie. Me parecía imposible.

Osea 2 años y 7 meses con todo tipo de tratamientos y no me quedo, y ahora me quedo 2 veces seguidas? No, no y no. Imposible.

Por si acaso no bebía alcohol ni tomaba jamón. Tenía como el angelito y el demonio. El demonio me decía ‘tía de qué vas, es imposible. Bébete un gin-tonic y una tapita jamón’. Y el angelito ‘si ha pasado una vez, puede volver a pasar, además estos dolores ya los conoces, la otra vez fueron iguales’. Estaba en conflicto interior, aunque ganaba el angelito. Se lo conté a Papi. Mosqueo mosqueo durante los 2 o 3 días que estuvimos en la casa rural.

Cuando volvemos a casa, la roja sigue sin aparecer, y yo sigo con dolores. Estoy casi segura. El angelito me ha convencido. El día 2 de enero me voy a trabajar (a hacer que trabajo más bien, con la mente pendiente de mi tripa y visitando el baño cada 20 minutos). Al volver del trabajo, con las piernas temblando voy a la farmacia a por un test. La de la farmacia me dice que me lo haga con la primera orina. Vale, vale. Son las 17h. Ni de coña me espero a mañana. No tengo ganas de hacer pis. Da igual, aprieta coñe! Ay madredelamorhermoso, positivo!!! Un positivo como una catedral, igual de marcado que la raya de control, con un pis cutre de media tarde y sin ganas.

Y aquí igual os estáis imaginando un abrazo entre Papi y yo, emoción, lágrimas, confetti, y hasta piñata. Pues no. Nos quedamos un poco fríos. Yo creo que tener el lomo apaleao como lo teníamos nos hizo tomárnoslo con mucha calma. Sin creérnoslo mucho. Sin querer decirlo a nadie. Poco a poco digerimos la noticia y por supuesto que estábamos felices, pero con un miedo atroz a que algo se torciera, a volver a pasar por lo mismo.

Creo que todas las parejas que hemos sufrido una pérdida tenemos una cicatriz, que nos impide disfrutar de otro embarazo como se merece, al menos al principio. Conoces la ‘cara B’ de la moneda. Sabes que la cosa puede no ir bien. En resumen. Estás cagao.


Para compensar este momento frío os contaré que elegimos el día de Reyes para dar la noticia a los futuros abuelos. Guardamos el test de embarazo en una cajita y la pusimos bajo el árbol con los demás regalos. Cuando la abrieron…….no hubo palabras, ahí sí, tuvimos el momento abrazos, lágrimas, emoción, confetti, pompas de jabón y corazones...

jueves, 23 de mayo de 2013

De cómo el Gnomito intentó venir al mundo por primera vez

Siguiendo con la historia de la entrada anterior, nos fuimos de vacaciones a Estados Unidos, estuvimos 15 días recorriendo la Costa Oeste con un coche de alquiler. Lo disfrutamos muchísimo!
Unos días después de volver del viaje, me desperté en plena noche con un dolor de tripa espantoso. Nunca me había dolido así. Pensé (entre dolorida y adormilada) que necesitaba “evacuar”. Así que me senté en el WC…y me dio un mareo que casi me desmayo ahí sentada. Ya me preocupé y avisé a Papi. Empezamos a echar cuentas. Tenía un retraso. Pero no, era imposible. Esto es apendicitis o algo. Ya, pero, y “si es”? Pues “si es”, está en mal sitio fijo fijo, estar embarazada no puede doler tanto. A urgencias que nos fuimos.
Allí me dijeron que se veía un mini-punto que podría ser un embarazo, pero que esperara unos días a hacerme un test. Que no tenía apendicitis ni nada, que el dolor podría ser por eso, un posible embarazo. Al menos ese puntito estaba en su sitio, que yo ya me estaba imaginando una trompa reventada o algo así.
No tengo ni idea de cómo…logramos aguantar unos días sin hacernos un test. Al final nos lo hicimos y…bingo! Positivo.

Increíble. Habían pasado 2 años y 7 meses. Tratamientos de fertilidad fallidos. En lista de espera para continuar los tratamientos por la seguridad social. Y de repente estaba embarazada. Con “solo” hacer el amor con Papi, estaba embarazada!
La alegría fue tal, que lo pregonamos a los cuatro vientos. Antes incluso de hacernos la primera ecografía.

La cosa empezó torcida cuando en la primera eco nos dicen que estoy de menos tiempo del que, según mi última regla, debería estar. Habrás ovulado más tarde (me decía el gine). Me convenció a medias. Podía ser, puesto que al ser poliquística no sería raro que la ovulación no sea regular. Pero yo creía saber la noche exacta en que habíamos concebido. Esa noche especial en nuestro viaje por USA, en la que todo fue tan genial que, tenía que ser ESA noche. Y no me salían las cuentas.

El embarazo seguía su curso, pero en las ecografías el embrión tenía un tamaño de 5 semanas…cuando yo ya debería estar de 6, 7, 8….el tiempo pasaba, me hacían ecos y el embrión seguía siendo de 5-6 semanas. Mal rollo.

Un buen día empecé a manchar, y a partir de ahí vino el desenlace fatal. No entraré en detalles porque no quiero que este post se convierta en un drama. Esto lo tengo ya muy superado. Quiero pensar que mi Gnomito hizo un intento de venir al mundo, y no pudo ser. Prefiero pensar eso a pensar que aquel embarazo era otro hijo mío que está en el cielo. Aunque en su día fue duro. Tuvimos que pregonar a los cuatro vientos la mala noticia, igual que habíamos anunciado en su día la buena. Mandé X mensajes y apagué el móvil. No quería ni leer las respuestas de nuestros amigos y familia. En mi trabajo pedí que ni mencionaran el tema, como si nada hubiera pasado. Me sumí en la desesperanza, de pensar que me había costado 2 años y 7 meses quedarme y lo había perdido. ¿Cuánto tiempo pasaría hasta que me volviera a quedar?

Uf, qué final más traumático para este post. No, no quiero acabarlo así. Voy a acabar diciendo, que este estado de desesperanza duró poco tiempo. El milagro se hizo de nuevo.

Solo 2 meses después, el Gnomito volvió, esta vez para siempre!!!

miércoles, 22 de mayo de 2013

De cómo buscamos al Gnomito

Fue a los pocos meses de casarnos, que nos empezó a picar el gusanillo de ir a por el bebé. En aquel momento yo trabajaba con un contrato temporal, y nos acojonaba preocupaba el quedarme sin trabajo estando embarazada o en la baja maternal. En la empresa en la que estaba solían hacer fija a la gente cuando llevaban 2 años. Yo llevaba año y medio. Bien. Esperaríamos y en cuanto me hicieran fija…a por ello! Un poco antes de que hiciera los dos años, a mi empresa la compró otra empresa más grande, y dijeron que a todos los temporales NO les iban a renovar. Horror!! Fue ahí donde dijimos eso de fromlosttotheriver. El momento perfecto no existe. Vamos a por ello YA! Y ya tiraremos para delante con lo que venga. Pero el embarazo no venía. Conseguí cambiar de trabajo (oootra vez temporal. Mierda), y seguíamos buscando embarazo. Yo tenía unas reglas muy irregulares, y me hice mil test, negativos todos. En ese tiempo mi hermana se quedó embarazada, sin buscarlo, de una sola noche (aunque con pareja y a punto de casarse). Ella toda disgustada porque no le cabía el vestido de novia. Y yo sonriendo por fuera…y sufriendo por dentro, porque yo no me quedaba. “Malo sea que no me quede de aquí a que nazca la niña”. Pues nació la niña. Y yo…nada.
Decidimos mirarnos a ver si estaba todo bien. Ovarios poliquísticos. Ovulaba de vez en cuando. Eso me dijo el gine. Que igual ovulaba una vez al año, o 3 meses seguidos, luego no, luego sí…quién sabía. Decidimos ir a una clínica de fertilidad. Menudo camino de piedras íbamos a empezar. Mi caso era facilísimo (me decían). Pareja joven, está todo bien excepto que no ovulas, te hacemos ovular y listo! Te embarazamos en un pis pas.
Hicimos 3 intentos de “relaciones dirigidas”. Esto es, me provocan la ovulación y cuando estoy a punto de caramelo, recetita de la doctora: mantener relaciones 3 días seguidos. Pues yo hoy estoy hecho polvo. Y una leche, insemíname como sea! Un horror de método. Os lo garantizo. Solo hace falta que te lo mande el médico para que no haya ganas de ná. Por supuesto los 3 intentos fueron fallidos.
Pasamos a inseminación artificial. Bien! Aquí me lo dan hecho, seguro que es más fácil. 2 intentos, y nada. Para entonces el ánimo empieza a decaer. Mi sobrina cumple un año ya. Mis amigas reproduciéndose como locas a mi alrededor. Yo visitando nuevas mamás al hospital y comprando ropita de recién nacido, siempre para regalar.
Vamos a pasar a fecundación in Vitro. El embarazo te está rondando (me decía la doctora). Ya, ya veo, ya…ronda a mi alrededor pero no se fija en mi.
Me provocaron una ovulación masiva donde consiguieron 6 embriones bastante buenos. Me los pondrían de 2 en 2. En total me hicieron 3 transferencias de embriones, y ninguno cuajó.
Aquí ya estábamos hasta cabreados con la clínica. Son unos sacadineros (nos decíamos). Vamos a la seguridad social. Aquí nos topamos con una estupenda lista de espera. Bueno, esperaremos. Necesitamos descansar de todo el lío este, física y mentalmente.
En este momento empecé mi afición por las manualidades, creé un blog y empecé a ocupar mi tiempo libre con este hobbie, conocí otras artesanas, hacíamos intercambios, sorteos….a la gente le gustaba lo que hacía y me hacían encargos, hasta hice los detallitos de una boda! Gracias a esto logré desengancharme de los foros de fertilidad. Además en este tiempo organizamos un viaje, un viaje de ensueño que llevábamos años queriendo hacer, nos fuimos a Estados Unidos con un coche de alquiler a recorrer la costa Oeste.

Y fue aquí, a raíz de este viaje, donde todo dio un giro de 180 grados.

martes, 21 de mayo de 2013

Me presento

Y es que me pica el gusanillo bloggero. Tengo tantas cosas que contar que no sé por donde empezar. Yo tuve un blog. Un blog de manualidades, un hobby que me creé por circunstancias que poco a poco iré contando, y que me enganchó por completo. Por lo que aprendí. Por la gente que conocí. Por compartir experiencias. Este blog lo fui abandonando poco a poco, según fui abandonando también este hobby. 

Pero vayamos al grano. Soy una mamá de 34 años, de un niño de 8 meses al que, como seudónimo, llamaré El Gnomito. Mi niño nació con la cabeza bastante achatada y la primera impresión al verle me recordó a un duendecillo o a un gnomito, de ahí el nombre que he elegido para él. En esta familia también está mi mitad, Papi, mi compi de vida, el que me lleva siempre de la mano. 

De mi paso por el mundo blogger me quedó la afición a la lectura de blogs interesantes, depende de las circunstancias de mi vida he ido variando la temática pero sobre todo soy seguidora de blogs de manualidades, de moda….y recientemente, de mamás, papás, bebés, etc.

Según leo y leo experiencias me va picando más el gusanillo de volver al mundo blogger, me apetece mucho plasmar mis experiencias y lanzarme, a ver qué me depara el meterme de nuevo en el mundo 2.0, que tantas satisfacciones me trajo en mi etapa de artesana.

No sé si me leerá alguien la verdad, pero principalmente quiero escribir para mi Gnomito, para que el día de mañana cuando esté preparado, pueda leerlo, o para mi misma cuando el paso del tiempo y el ajetreo diario me hayan emborronado los recuerdos.

Aquí empieza un nuevo reto para mi, veremos a dónde me lleva este camino!