viernes, 7 de marzo de 2014

Semanas negras, invasión de virus

Llevo unas semanas que no estoy escribiendo todo lo que me gustaría, pero es que el cuerpo no me da para más.

En estas últimas semanas hemos estado a punto de poner un precinto a la puerta de mi casa, por riesgo biológico. Lo más recomendable era entrar a mi casa vestido de esta guisa:



Ya conté hace unos días que el Gnomito tenía neumonía. Le mandaron dos semanas de Amoxicilina y ahí lo fuimos llevando, siguiendo a rajatabla las 8 horas, lo cual implicaba despertarnos a la 1 de la mañana para darle el antibiótico. Fueron noches agitadas, el Gnomito se despertaba mucho. La primera semana la pasó con los abuelos, pero la segunda ya fue a la guarde y entre que llevaba una semana viviendo a cuerpo de rey, y que fue una semana rara por motivos laborales y un día le llevé yo a la guarde, otro los dos, otro la abuela, el pobre estaba muy desubicado y lloró todos los días de esa semana, cosa que ya teníamos superadísima.

Mientras duró el tratamiento, el Gnomito seguía con tos y ruidos en el pecho, aunque pensamos que sería normal, que una neumonía es una cosa importante que no se cura de la noche a la mañana. Pues después de las dos semanas de tratamiento, vamos al médico del hospital, y nos dice que NO ha respondido al tratamiento, que la auscultación no es limpia, así que debe ser una bacteria ATÍPICA, que hay que probar con otro antibiótico 5 días más, y además descartar que sea TUBERCULOSIS. Aquí casi me caigo de culo al suelo. Mi padre estuvo enfermo de tuberculosis antes de nacer yo y le costó 5 meses de ingreso en el hospital, le mandaron a la Sierra, a un hospital de infecciosos, y durante esos meses varios compañeros de habitación fallecieron por esa enfermedad. Eran otros tiempos claro, pero esa palabra me puso los pelos de punta.

Comenzamos pues el tratamiento con el nuevo antibiótico, y le hicimos la prueba de la tuberculosis (llamada Test de Mantoux), que consiste en inyectarle debajo de la piel, un alergeno, tuberculina, y esperar 2 días a ver si le hace reacción. Parecido a las pruebas de alergia. Por suerte no tuvo reacción, por tanto tuberculosis descartada.

Durante esos días, Papi y yo caímos enfermos también, con mucha tos de pecho y fiebre. Yo llegué incluso a plantarme en urgencias ante el miedo de tener neumonía como el peque, o bien tener otra cosa y pegárselo a él. Ante la duda y dado el caso de neumonía que teníamos en casa, me mandaron antibiótico, aunque posteriormente mi médico de cabecera dijo que era una gripe y que el antibiótico no me hace nada, pero como ya había empezado el tratamiento, debía terminarlo. Y así hemos estado unos días. Los 3 tomando juntos el antibiótico. La encimera de mi cocina no tiene nada que envidiarle al almacén de la farmacia de abajo, porque vamos, menuda colección! cada uno un antibiótico distinto, ventolín, paracetamol, jarabes antitusivos varios, probióticos para prevenir las diarreas por el antibiótico, omeprazol para proteger estómagos, termómetro pasando de un sobaco a otro....en fin, una maravilla.

Pero, igual que por fin ha salido el sol en este país que llevaba meses con el cielo gris, ha salido el sol en nuestra pequeña familia. El Gnomito sí respondió al nuevo antibiótico y le dan por curado de su neumonía. Y Papi y yo, aunque aún arrastramos tos, y seguimos con los antibióticos, ya estamos bastante mejor.

Ahora toca coger fuerzas y reorganizarnos en casa, tenemos toneladas de ropa sucia y ropa para planchar, hemos agotado todas las reservas de tupper congelados, la nevera está silbando, la casa sucia. Pero con este sol y estas buenas temperaturas que nos han llegado....cómo nos vamos a encerrar en casa a lavar ropa, planchar, cocinar, limpiar.....Creo que mejor cerramos la puerta, le ponemos de nuevo el precinto de riesgo biológico, y nos vamos a la calle a disfrutar...


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