jueves, 24 de abril de 2014

Nuestra Semana Santa

Ya estamos de vuelta de las vacaciones de semana santa y tras unos días de aterrizaje en casa y en el trabajo, hoy por fin saco un hueco para escribir.

Hemos pasado la semana santa en el levante español, en el apartamento que tiene mi familia, y la verdad es que hemos disfrutado mucho los 6 días que hemos estado. Hemos mejorado muchísimo los viajes en coche, el Gnomito ya no va como un niño poseído, sino que va tranquilo. Salimos sobre las 10 de la mañana porque yo tenía analítica a primera hora, si no hubiéramos salido más temprano. Así que nos esperaban unas 5 horas de viaje y no tocaba siesta ni sueño nocturno, así que temíamos que hacer el viaje entero despierto fuera una tortura, pero no!! Fue muy tranquilito escuchando canciones de Cantajuegos, viendo molinos de viento...incluso me dormí yo, que iba sentada con él en el asiento trasero! Las paradas tienen que ser más largas que cuando sólo éramos los dos y parábamos a  hacer un pis rápido y seguíamos, pero ahora no, hay que dejar tiempo para corretear y estirar las piernas. Tuvimos que recurrir a ver dibujos en el último tramo del trayecto, pero conseguimos llegar tranquilos.

Allí hemos disfrutado del buen tiempo, casi de verano por las mañanas, así que mucha crema para el sol, gorra, paseos, playa...El Gnomito es muy andarín y se pega unos paseos como los nuestros. Aunque llevamos el carro por si acaso, ahora le gusta ir agarradito al carro pero andando. A ver si sigue esta buena costumbre para cuando llegue su herman@. La playa le ha gustado también, aunque el primer día le descalcé y al pisar la arena se agarraba con los dedillos de los pies como diciendo "ay madre que me la voy a pegar, pero esto qué es??", poco a poco cogió confianza y jugó mucho en la arena incluso metió los pies en el agua!



Un par de días hemos comido fuera un arrocito, estos días se nos chafó un poco la siesta porque el Gnomito se durmió en el carro y en cuanto llegamos a casa se despertó y no hubo forma de volver a dormirle, así que bye bye siesta! Pero Papi que es muy bueno (y yo que me aprovecho de mi estado), me dejó irme a la habitación a echarme un rato y él se quedó a cargo del insomne. El resto de los días, que comimos en casa, dormimos a pierna suelta siestazas de 2-3 horas, juntitos en la cama.

Por las tardes bajaban bastante las temperaturas, así que había que ponerse una chaqueta, pero aún así nos lanzábamos a pasear por el paseo marítimo y tomar un helado (aún no hemos descubierto uno que NO le guste al Gnomito....leche merengada, dulce de leche, vainilla, menta y chocolate....todos le van bien!).

Han sido unos días muy buenos en familia, también estaban mis padres, mi hermana con su marido y mi sobrina....la convivencia en un apartamento podía ser un poco caótica, pero lo hemos pasado muy bien!!

El viaje de vuelta lo hicimos nada más comer, así que el Gnomito se echó una plácida siesta de 2 h y 20 min, luego una parada a merendar y estirar las piernas y del tirón hasta casa, se me hizo muy corto!!

También hoy quiero contaros mi proyecto hortelano. Uno de mis sueños es poder vivir en una casita con algo de jardín, y en una esquinita hacerme un huerto donde poder cultivar 4 cositas que luego saben tan ricas cuando son de casa....no os pasa cuando alguien os da "tomates del huerto de mi madre", o algo así, lo ricos que saben??

Pues me picaba el gusanillo así que en mi balcón de medio metro he decidido plantar tomates cherry. De momento, antes de semana santa planté las semillas en semilleros, y ahora ya han nacido las plantitas, aún son minúsculas, cuando crezcan un poco más las pasaré a macetas más grandes, y a ver si este verano nos comemos algún tomate!!



Bueno, y mañana por fin tenemos la eco de las 12 semanas, Pelotilla me muero por verte, por saber de ti, estoy nerviosa, deseando que me digan que todo está bien...ya os contaré.

jueves, 10 de abril de 2014

Sensaciones en el primer trimestre de embarazo

Aquí sigo, con Pelotilla creciendo dentro de mi, o eso espero. Aunque por la velocidad de crecimiento de mi barriga y mis pechos, yo diría que todo sigue su curso, pero aún así, estoy deseando llegar a la ecografía de las 12 semanas y ver a mi chiquitin/a y saber que todo está bien. Ya queda menos. Mañana cumplo 10 semanas.

Los síntomas están siendo muy parecidos al embarazo del Gnomito, el malestar de estómago, que a veces se calma con el Cariban y a veces no, el hambre constante, el cansancio...La diferencia es que con el Gnomito llegaba de trabajar y me espanzurraba en el sofá a que me lo dieran todo hecho, dormitar, comer, ver la tele...y como mucho un paseíto a última hora.

Ahora salgo del trabajo y voy a recoger al Gnomito a la guarde, me lo llevo andando a casa, tardamos media hora en hacer un trayecto de 3 minutos, hago la merienda, se la doy (si es papilla de frutas), o le acompaño mientras merienda viendo la abeja Maya (si es fruta sólida o alguna otra cosa). Tengo que esperar a merendar yo, para que no se le antoje el croissant untado con nocilla que me voy a meter entre pecho y espalda. Tengo que esperar para darle algo saludable a él, y cuando ya ha terminado y está feliz jugando, me endiño mi croissant clandestinamente. Y es que me ha dado por la bollería, y he comprado Nocilla por primera vez desde que era una niña. Pienso que me voy a poner como una bola....pero pienso también que si me lo pide el cuerpo, por algo será, y que los kilos ya me los quitaré después. Tengo la esperanza de que, como con el Gnomito cogí 14 kilos y perdí 16, tan solo con la lactancia y la vida diaria, esta vez será igual o incluso mejor. Ya lo veremos, ya. Ya lloraré, ya.

Después de la merienda viene la salida al parque o a hacer recados, y a esta hora es cuando me empiezo a encontrar peor, y se me hace muy cuesta arriba. Menos mal que Papi casi siempre está en casa y pasamos la tarde juntos, compartiendo la crianza del Gnomito y ahora suele ser él el que se sube a los columpios peligrosos con el peque, le presigue si sale corriendo hacia la carretera, le coge en brazos cuando ya no quiere andar más, etc. No sé qué haría si tuviera que estar todas las tardes sola con el Gnomito, como les pasa a la mayoría de madres que conozco. Al final llego a la cena con un asco horroroso, y me acuesto en cuanto lo hace el Gnomito.

He de decir que en los últimos 3 días la cosa ha mejorado muchísimo, me encuentro mucho mejor del malestar de estómago y eso me hace llevar el resto de la vida y del día a día mucho mejor.

Pero ayer, Papi me dio un toque. Es curioso cómo uno ve la paja en el ojo ajeno y no ve la viga que tiene en el suyo. Me dijo Papi que se me veía harta de todo, cansada del mundo, incluido mi hijo.  Que notaba que le gruñía mucho, me faltaba paciencia, me desesperaba con facilidad. Y fue decírmelo y lo vi claro. Tenía toda la razón.

El cansancio físico que arrastro me lleva a tener mucha menos paciencia con el Gnomito y sus "trastadas" (si es que se le pueden llamar así). En realidad son cosas de lo más normales en un niño de 19 meses, como que se manche comiendo solito con la cuchara, que se te vaya por la calle en sentido contrario al que tú vas, le llames y corra más deprisa, en lugar de venir a tu lado, que no se quiera lavar las manos, que no se quiera meter en la bañera y una vez que ya está dentro, no se quiera salir....Todo esto llevaba unos días que me desesperaba, le regañaba más de la cuenta, le gruñía....El otro día mismamente, le metí un grito que me dejó tan echa polvo que no levanté cabeza en toda esa tarde.

El Gnomito tiene la manía de que cuando acaba de comer o ya no quiere más, se pone a jugar con el plato, le da la vuelta y le da con la cuchara como si fuera un tambor, lo chupa, etc. Y el otro día, le había dicho ya como 5 veces que no se juega con el plato, y a la sexta se le cayó el plato al suelo y se hizo añicos. Le regañé, le mandé al rincón, lloró un montón....y luego le fui a buscar, le enseñé el plato roto, le dije que no se jugaba con el plato, etc, y le perdoné. Le volví a sentar a seguir merendando, esta vez con un plato de plástico, advirtiéndole que no jugara con el plato. Y en cuanto me di la vuelta le veo con el plato del revés otra vez. Le solté un "¡¡¡¡Gnomito, el plato!!!!!!!" con un berrido que me asusté hasta yo, pegó un bote el pobre del susto y se puso a llorar...me sentí fatal, sobre todo porque solo conseguí asustarle, no que comprendiera el porqué del grito.

En fin, el caso es que me alegro de que Papi haya hablado conmigo y me haya abierto los ojos. Ahora que soy más consciente de mi actitud, espero poder controlarla y tener más paciencia con mi pequeñín, que ni tiene la culpa ni entiende que mami esté muy cansada.

Espero poder descansar más durante la semana santa y volver con energías renovadas, pasar la ecografía de las 12 semanas con buena nota y ya pasar al segundo trimestre, que es el mejor del embarazo. Quizá es mucho pedir no?? Bueno, con que la eco salga bien me conformo entonces...

viernes, 4 de abril de 2014

Al Gnomito le han dado las notas


El pasado lunes terminaba el mes de Marzo, y por tanto el segundo trimestre del curso. Así que en la guarde del Gnomito nos entregaron "las notas" y los trabajos hechos en el trimestre.

Como os podéis imaginar no son notas al uso, con asignaturas y aprobados o suspensos. Es una lista de los objetivos del trimestre, muy, muy detallada, y una puntuación del tipo "nunca-a veces-casi siempre-siempre".



Lo más reseñable del Gnomito este trimestre han sido los progresos en las comidas. Ha pasado de sentarse en trona a sentarse en silla, y ha mejorado mucho y logra estar sentado durante la comida "casi siempre". Ha mejorado muchísimo en el manejo de los cubiertos, y logra comer solo "siempre". También ha hecho muchos progresos en el paso de puré a la comida sólida. En casa ya no toma purés, me quedan algunos en el congelador pero llevan ahí semanas, salvo ocasiones puntuales ya apenas se los damos. Y en la guarde van progresando. Le ofrecen comida sólida primero y en función de lo que coma, le ofrecen más o menos puré de segundo. Ayer ya consiguió no comer nada de puré, todo sólido!

Con respecto a este tema, tiene una asignatura pendiente, que es beber en vaso. Hace meses nos devolvieron el bibe del agua, porque ya iban a ofrecerle agua en vaso. Y a día de hoy no es capaz de hacerlo solo sin acabar empapado. Hay que sujetarle el vaso y aún así bebe muy poquita cantidad cuando es en vaso. En casa la verdad es que no colaboramos mucho en el tema, ya que tiene un vaso de esos con pitorro y asas, antigoteo, y siempre bebe de ahí, o incluso del biberón. Colleja para nosotros. Pero claro con estos fríos, a ver cómo le dejo hacer a él solo y ver como acaba empapado!

Hace poco fuimos por primera vez a cenar al burguer con mi sobrina (niña, 4 años). En un descuido el Gnomito cogió una botella de agua abierta y al querer beber de ella se la tiró encima, enterita. Acabó chorreando. Y yo, por supuesto, sin nada de ropa de repuesto. Suerte que apareció mi hermana, madre precabida, que llevaba ropa de repuesto de mi sobrina y nos dejó cosas...de talla 4 años y todo rosita y con frunciditos.

En fin, no he aprendido la lección y sigo sin salir con una muda de ropa, pero me temo que si quiero que aprenda a beber en vaso voy a tener que meter ropa de repuesto en la mochila.

Otro tema que "me llena de orgullo y satisfacción" como diría el Rey, es que el Gnomito no pega. No recuerdo cómo ponen la frase en las notas, pero vamos, no pega "nunca" y respeta a sus compañeros "siempre". Esto eclipsa totalmente a lo del vaso. No sé si será su carácter bonachón o nosotros como padres estaremos contribuyendo en algo al tema (quiero pensar que sí), pero estoy orgullosa de poder decir que mi hijo no pega ni muerde. Ojalá siga así toda su vida.

Otra de sus asignaturas pendientes es el trenecito. Hacen un trenecito todos los niños cuando van de la clase al comedor, o al patio. Y el Gnomito se agobia muchísimo y no es capaz. Eso de que le agarren por delante y por detrás....como que no. Se pone histérico. En las últimas semanas han conseguido ponerle el último de la fila y así lo va tolerando, al menos no le agarra nadie por detrás. Esto tampoco me preocupa demasiado, aunque alguna vez se ha quedado sin ir al patio grande (un patio con muchos más columpios y más grande, que normalmente usa la clase de 2-3 años, pero con buen tiempo también llevan a los de 1-2 años), pues eso, que se ha quedado sin ir porque hay que cruzar una calle (de pueblo, estrecha y sin tráfico), pero si no va en el trenecito no le dejan ir, porque no pueden llevar niños sueltos por la calle. Pobre mío. Pero bueno, parece que poniéndose el último lo va sobrellevando.

La semana que viene tenemos la reunión de padres del 3er trimestre, a ver qué nos cuentan y qué objetivos ponen para la última etapa del curso.

En fin, estoy muy orgullosa de las notas de mi niño, de sus progresos con la comida y de que sea un niño respetuoso y pacífico.

Y que cada día estoy más llena de amor por él, ni en mis mejores sueños habría aparecido un niño tan lindo como él...